La demanda es fuerte, al punto que las piñatas del fugado narcotraficante superan a las de los populares personajes de Frozen.
Con el uniforme de prisión, su recordado bigote y una mano levantada haciendo la señal de victoria, el fugado narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán ha reaparecido como piñata en el estado mexicano de Tamaulipas, para divertimento de los niños y regocijo de los adultos.
En la Piñatería Ramírez las ofrecen de distintos tamaños (1,20, 1,50 y 1,80 metros) pero no en vano, y haciendo honor a su apodo "Chapo", que en México significa "de baja estatura", la de metro y medio es la más demandada.
"Manejamos estas medidas, pero yo pienso que como él es chaparrito no me han encargado el modelo más grande, me han pedido la mediana", explicó a Efe Dalton Javier Ramírez, encargado de este negocio familiar con 30 años de historia.
Tras la fuga del líder del cártel de Sinaloa el pasado 11 de julio del penal de máxima seguridad Altiplano I, en el municipio de Almoloya del céntrico Estado de México, a través de un túnel de 1,5 kilómetros, en la empresa han elaborado hasta diez piñatas del prófugo.
Las fabrican bajo pedido y manualmente, y por ello esta cifra supone un éxito de ventas.
"La verdad, hasta ahorita la están pidiendo. La gente la está empezando a conocer y ya están preguntando más por ella", señaló Ramírez, quien da datos claros de este buen olfato para las nuevas piñatas.
Esta semana le pidieron tres unidades de Frozen -la película de Disney es un clásico entre los niños- contra cinco de "El Chapo".
"Ahora me están hablando para que lo haga pelón (calvo)", agregó Ramírez, que en sus piñatas no olvida los detalles.
En el caso de la del narcotraficante, puede incluir gorra, un cinturón del que cuelga un revólver y una granada, y una considerable barriga.
EFE
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