El vestido de la nueva primera dama fue confeccionado en lana y seda francesa, como en brocado, largo hasta la rodilla y con detalles de pedrería superpuestos en el cuello.
EFE
La nueva primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, eligió un vestido de color pistacho dorado con abrigo a juego, de la diseñadora americana de origen cubano Isabel Toledo, para asistir a la ceremonia de toma de posesión de su esposo, Barack Obama.
El vestido de Michelle, confeccionado en lana y seda francesa, como en brocado, largo hasta la rodilla y con detalles de pedrería superpuestos en el cuello, captó todas las miradas a su llegada al Capitolio junto al presidente electo, vestido con un simple traje oscuro y una corbata roja.
La elección de Michelle, que optó por no revelar el diseñador de su modelo con anterioridad, ha sorprendido a muchos analistas, que esperaban que la nueva primera dama escogiera un modisto o modista de Chicago, el estado donde vivía, como hizo su antecesora en el cargo, Laura Bush, con Texas.
Toledo, afincada en Nueva York y considerada como una de las creadoras de moda más "avant-garde" del país, ya ha vestido en otra ocasión a Michelle Obama, quien acudió el pasado junio a una gala benéfica en Manhattan con una túnica negra con pantalones a juego de la misma modista.
La diseñadora, de 47 años y con más de 25 de experiencia en el mundo de la moda, no recibió ningún aviso previo de que la esposa de Barack Obama vestiría el traje, creado especialmente para ella, confirmó en una entrevista telefónica con el diario The New York Times.
Recientemente, Michelle Obama eligió a otra diseñadora de origen hispano, la chilena residente en Nueva York María Cornejo, para vestirla en el viaje por tren del pasado sábado entre Filadelfia y Washington.
Y el pasado 4 de noviembre, cuando su esposo ganó las elecciones presidenciales, vistió un modelo rojo y negro del diseñador Narciso Rodríguez, hijo de inmigrantes cubanos.
La gran expectación mediática sobre las elecciones de vestuario de Michelle no termina aquí. La incógnita continúa porque aún queda por ver quién vestirá a la primera dama esta noche para la decena de bailes inaugurales a los que va a asistir.
Tendrá que elegir bien porque el vestido, como es tradición, pasará rápidamente a ser pieza de museo.
-EFE-
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