El acto sufrió un retraso de más de quince minutos debido al despliegue imprevisto de una gran bandera vasca frente a la fachada de la Casa Consistorial.
Decenas de miles de personas saludaron hoy con gritos de euforia el lanzamiento del "chupinazo" o cohete desde el balcón principal del Ayuntamiento de Pamplona (norte de España), que marcó el comienzo a las tradicionales fiestas de los Sanfermines.
El acto, que como es habitual estaba previsto para el mediodía, sufrió un retraso de más de quince minutos debido al despliegue imprevisto de una gran bandera vasca (ikurriña) frente a la fachada de la Casa Consistorial.
Las autoridades decidieron retrasar el "chupinazo" hasta que se retirara la gran ikurriña por considerar que impedía lanzar con seguridad el cohete.
Tras la retirada de la bandera y ante las miles de personas que esperaban impacientes el inicio de la fiesta, el concejal socialista Eduardo Vall, prendió la mecha del cohete al grito de "San Fermín, San Fermín".
Las miles de personas, vestidas de blanco con un pañuelo rojo atado al cuello, el atuendo tradicional de estas fiestas, saludaron con gritos de euforia el comienzo de los Sanfermines, levantando muchos sus vasos de vino en señal de brindis.
El "chupinazo" abre nueve días de intensa fiesta en las calles de Pamplona, con los encierros taurinos, que atrae a cientos de miles de visitantes tanto de otras parte de España como de países de todo el mundo.
Un total de 437 actos están programados para esta edición de los Sanfermines, pese al recorte de un 13,8 % del presupuesto de las fiesta debido a la crisis económica.
EFE
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