Las parejas con amplia diferencia generacional tienen dificultades añadidas a las de cualquier otra. Se debe ser consciente de ellas y de cómo solucionarlas.
Se dice que no hay edad para el amor; sin embargo, en algunos casos las marcadas diferencias generacionales despiertan la curiosidad y los prejuicios de la gente que se pregunta si realmente existe amor en dicha pareja.
Hay varones que establecen una relación de pareja con una mujer mayor, cuando consciente o inconscientemente están buscando en ella que cumpla con un rol de madre que lo consuele, cuide y atienda. Por el contrario, aquellas mujeres que optan por tener una relación amorosa con un hombre mayor, lo que buscan es una pareja que haga las veces de padre amoroso y protector.
¿Qué dificultades podrían surgir por la diferencia de edad? Si bien lo que en un inicio resultaba atractivo, con el transcurrir de la convivencia puede volverse un elemento perturbador. Por un lado, la persona mayor puede encontrar problemas en su joven pareja debido a su inmadurez o conductas propias de su edad. Por su parte, aquella mujer que buscó una relación con un hombre mayor para sentirse protegida, puede que luego se sienta frustrada por una relación demasiado controladora.
El hecho de tener una pareja joven podría ser también causa de celos, el miedo a la infidelidad, y eso generar problemas en la cotidianeidad. Otra situación perturbadora puede ser el tema de los hijos. La mujer mayor se encontrará con que su reloj biológico le indica que el tiempo se le está acabando y por ello querer forzar la situación con su pareja para formar una familia.
En el caso del hombre mayor pensará que no se encuentra en su mejor rendimiento sexual y quizás se sienta inseguro ante su pareja, con la idea que ella podría estar con otro compañero más joven y audaz.
La llegada de los hijos cuando se bordea los 50 o con marcada diferencia generacional puede que los encuentre demasiado cansados para entrar al ritmo que se requiere durante los primeros años de crianza. Por ello preferirán llevar una vida más tranquila, solo con su pareja, y sin la complicación de largas trasnochadas con los hijos pequeños.
También se da otro tipo de relación, y quizás el más numeroso, donde tanto el hombre como la mujer reúnen todos los requisitos para sentirse atraídos: semejanzas en su estilo de vida, hábitos o formas de conducta similares, emociones, historias de vida… también pueden ser diferentes y complementarse exitosamente sobrellevando una buena relación.
Cabe recordar que la mujer alcanza su mayor intensidad sexual cuando el hombre comienza a decaer. El hombre tiene su pico sexual a los 18 años y se mantiene en forma intensa hasta los 30, luego empieza el descenso. La curva de la mujer es al revés. Generalmente, comienza a tener una vida sexual satisfactoria después de que nacen sus hijos, es decir, después de los 30. Se produce una explosión intensa, y después de los 40 tiene un renacer sexual.
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