Una nueva versión dada por expertos japoneses, no fue la fidelidad a su amo la que hizo que Hachiko lo esperara durante nueve años, sino el deseo de disfrutar de su manjar favorito.
Una nueva versión sobre la historia del perro japonés llamado Hachiko, pone en duda la lealtad hacia su amo pues, según expertos nipones, la causa que impulsó al can a que durante nueve años vaya hasta la estación de tren en busca de su fallecido dueño, era que quería este lo alimentara con yakitori, un tipo de pincho japonés hecho de pollo.
El perro de raza akito, se convirtió en un símbolo de lealtad en todo el mundo, por lo que ha servido de inspiración en varias películas. En 1934, cuando todavía vivía, fue inmortalizado en un monumento de bronce en la estación Shibuya, lugar donde esperaba cada día a su dueño que ya había fallecido de un paro cardiaco.
Sin embargo, según la nueva hipótesis, no fue la fidelidad a su amo la que hizo que Hachiko lo esperara durante nueve años, sino el deseo de disfrutar de su manjar favorito.
En una exposición dedicada a Hachiko que se lleva a cabo esta semana en el Museo Conmemorativo de la Literatura, en el distrito comercial de Shibuya, Tokio, los organizadores explican una historia diferente que no se conocía hasta ahora.
Los expertos del museo sostienen que una vez el dueño del can tuvo un viaje de trabajo bastante largo y cuando regresó, se llevó la gran sorpresa de que su mascota lo estaba esperando. Impresionado por este comportamiento, el hombre decidió premiar a su mascota comprándole algunos pinchos de pollo, su comida favorita.
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