El precio que pide es excesivo a juicio de expertos que cita The Wall Street Journal. Consideran que el valor del negocio de Cardin podría rondar los US$290 millones.
El diseñador francés Pierre Cardin aseguró que quiere poner a la venta la firma de moda que lleva su nombre por unos 1.000 millones de euros (cerca de 1.480 millones de dólares), según una entrevista publicada hoy por el diario The Wall Street Journal.
"Sé que en unos años no estaré aquí y el negocio tiene que continuar. Quiero venderlo ahora", dijo al rotativo el diseñador de 88 años, quien puntualizó que aunque venda la firma quiere seguir trabajando como director creativo de su compañía.
El precio que pide es excesivo a juicio de los expertos que cita el diario, que consideran que el valor del negocio de Cardin podría rondar los 290 millones de dólares.
Sin embargo, esa cifra es tan sólo un cálculo, porque carecen de información precisa acerca de la situación financiera de la empresa, según el rotativo neoyorquino.
El diseñador, que según dijo ya se ha reunido con inversores ingleses, estadounidenses y chinos, explicó que él mismo no tiene una idea clara de las ventas de su compañía, que opera mediante un sistema de licencias con unos 400 socios en todo el mundo.
En los últimos años, las ventas y los beneficios de algunos de sus socios han aumentado, según el periódico, y además el diseñador y empresario afirma que posee de un 5% a un 10% de cada compañía que opera con sus licencias, como parte de los beneficios por ceder su nombre.
Todo ello, unido al hecho de que Cardin dispone de varias propiedades inmobiliarias en París y en el sur de Francia, dificulta que los expertos puedan hacerse una idea general del valor real de su negocio.
Cardin, que trabajó con Christian Dior a finales de los años cuarenta, abrió en 1950 abrió su propio taller en París y obtuvo un gran éxito en esa década con sus diseños de corte futurista.
En los años sesenta fue pionero en aplicar el sistema de licencia para una marca y hoy en día su firma comercializa desde ropa hasta muebles, pasando por perfumes, relojes y todo tipo de complementos.
EFE
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