Según los presos del Centro de Detención Arapahoe, en Colorado, el homicida no muestra ningún arrepentimiento y muestra una actitud amenazante.
Los internos del Centro de Detención del condado Arapahoe, en Colorado, donde se encuentra recluido James Holmes, el asesino de Denver, hablan de matar al homicida.
“Todos los presos estaban hablando de matarlo. Todo el mundo está buscando una oportunidad”, dijo Medley Wayne, un recluso de 24 años, al NY Daily News.
Según el informe periodístico, Holmes está sujeto a un régimen de incomunicación y fue puesto bajo vigilancia ante un posible intento de suicidio.
El criminal comparecerá ante una corte estadounidense por primera vez este lunes, y podría ser condenado a pena de muerte si es declarado culpable.
Sin embargo, según un empleado de la cárcel, Holmes, "no ha mostrado ningún remordimiento", incluso ha mostrado una actitud amenazante. "Él fue a escupir en la puerta y a los guardias. Ha escupido a todo. Él tipo estuvo actuando como un loco”, dijo un interno.
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