Las exigencias de la sociedad actual y el deseo de proveerse de una mejor calidad de vida, hace que cada vez la mujer postergue la maternidad bordeando los 40.
Los últimos estudios de población señalan una nueva realidad: las mujeres están iniciando su maternidad bordeando o pasando los 40 años. Esto se da, sobre todo, en países más desarrollados donde los diversos cambios sociales en el mundo laboral y en las relaciones de pareja han postergado las edades de las madres primerizas. Si antes esta era a los 20 o 21 años, ahora se ha duplicado.
¿Qué origina esta maternidad tardía? La inserción de la mujer en forma activa al campo laboral, la competitividad en sí, el deseo de labrarse una mejor estabilidad económica y realizarse profesionalmente, acceder a una vivienda para poder independizarse, son algunas de las razones para que la maternidad en la mujer se retrase.
Ese anhelo de la mujer de acceder a trabajos más cualificados, de convertirse en una persona de éxito, no significa que haya perdido su sentido de la maternidad, su instinto maternal; eso se mantiene latente, solo que lo posterga hasta alcanzar un mejor proyecto personal que le dé la seguridad de formar una familia más estable y en mejores condiciones.
¿Qué ventajas o desventajas pueden presentarse ante una maternidad tardía? Una ventaja es la madurez emocional de los progenitores. La pareja está mejor posicionada tanto económica, laboral o profesional. Pueden afrontar la llegada de los hijos con serenidad y madurez, tener un mejor conocimiento con respecto a la educación que recibirán, y que solo se obtiene con la experiencia de los años.
Entre las desventajas está lo que se conoce como el “reloj biológico”. Hasta antes de los 36 el cuerpo de la mujer está mejor preparado, hay mayor garantía de un parto seguro, sin complicaciones.
Si bien esta maternidad postergada no presenta serios problemas para la gestante, sí lo es para el feto. Bordeando los 40 hay una mayor probabilidad que el feto presente enfermedades genéticas o malformaciones congénitas; sin embargo, la ciencia y la tecnología modernas están tan avanzadas que permiten detectar cualquier problema que pudiera presentarse durante el embarazo, y que en muchos casos tienen solución.
Esta es una edad donde es natural que la mujer tenga temores, muchos de ellos infundados, por lo que es importante acudir con regularidad a su médico ginecólogo, alimentarse bien, llevar una dieta sana ricas en hierro y ácido fólico; así como tomar suplementos vitamínicos recetados por un profesional de la salud.
La maternidad añeja o de base cuatro, no debe considerarse un mal de este siglo; por el contrario, es la nueva maternidad de unos tiempos en los que se alarga la juventud y se aumenta la esperanza de vida.
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