Revelan vínculos entre Facundo Chinguel y Gerald Oropeza

El caso de Gerald Oropeza López, el joven que sobrevivió a un ataque armado cuando conducía un lujoso Porsche el pasado 2 de abril en una avenida de San Miguel y que ahora es investigado por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, cobra de pronto un nuevo caríz.

Una investigación del diario La República publicada este miércoles sacó a luz los vínculos entre la familia de Oropeza López y Miguel Facundo Chinguel, el encarcelado expresidente de la Comisión de Gracias Presidenciales del gobierno de Alan García.

El informe revela que el exfuncionario aprista fue abogado de Gerald Oropeza, su hermana Araceli Mirella y su madre Pilar Consuelo López Oropeza y que además compró acciones de las tres principales empresas de Américo Oropeza San Martín, el jefe familiar que fue asesinado en enero de 2011.

Justamente, fue Facundo Chinguel el abogado defensor de la familia en el juicio por ese homicidio, en el que se sentenció a Óscar Palomino Huamactoc, alias "Papicha", bajo la figura de crimen pasional. Cabe precisar, que el fallecido Oropeza San Martín, fue un conocido dirigente aprista de San Juan de Lurigancho.

El diario detalla que la notaría Manuel Noya de la Piedra reportó a la fiscalía supraprovincial anticorrupción que fue en abril de 2011 cuando Facundo Chingel se hizo de las referidas acciones.  

Según ese reporte había adquirido 162 mil acciones de la empresa Sergeoro por 30 mil nuevos soles; por un monto idéntico adquirió 210 mil acciones de Servicios Oro Perú y por otros 20 mil nuevos soles compró 580 acciones de la empresa Salimpsa. El informe periodístico precisa que quienes le vendieron esas acciones fueron Pilar López y sus hijos Araceli y Gerald Oropeza López, siendo este último el principal heredero de Oropeza San Martín.

Asimismo, el artículo señala que las citadas empresas "son la base sobre la que en los últimos años ha crecido Sergerosac", la empresa que figura como propietaria del Porche que quedó destrozado tras el ataque con metralletas y granadas en una avenida de San Miguel y que estaba valorizado en 250 mil dólares.