La mandataria de Brasil dijo además que quiere contribuir en la construcción de una reforma política que incorpore la participación de las grandes mayorías.
En un mensaje que duró diez minutos, la presidente de Brasil, Dilma Roussef, convocó a un "gran pacto para mejorar los servicios públicos" tras las protestas masivas que se registraron en varias ciudades de ese país en contra del alza del transporte.
La mandataria reiteró el carácter "democrático" de las protestas, aunque volvió a condenar en forma enérgica el vandalismo que hubo en muchas de las manifestaciones, que atribuyó a una "minoría" que "ni el Gobierno ni la sociedad pueden aceptar", expresó en un mensaje transmitido en cadena nacional.
"Yo soy la presidente de todos los brasileños, los que se manifiestan y los que no se manifiestan", dijo.
"Quiero contribuir en la construcción de una reforma política que incorpore una amplia participación popular", manifestó, al tiempo que ratificó la necesidad de instituciones más transparentes y democráticas.
Asimismo, Rousseff reafirmó su decisión de que la corrupción sea combatida con el mayor rigor y también se pronunció en favor de una reforma política que "permita a los ciudadanos fiscalizar mejor a todos sus gobernantes".
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