El montañista pone a prueba su resistencia subiendo el pico más alto de la Tierra solo y sin asistencia de oxígeno.
Para Richard Hidalgo no hay retos pequeños. En la lista de sus prioridades de vida figura entre las primeras cosas por hacer: subir las catorce montañas más altas del mundo: las de más de 8mil metros de altura, y culminarlas el 2021, año del Bicentenario de la independencia del Perú.
Catorce montañas de 8mil, dos cifras limpias que no significan mucho para alguien que no ha sufrido alguna vez de soroche, pero quienes han agitado el corazón en la altura saben lo que significa un nuevo paso. A esta altura en solitario y sin asistencia de oxigeno cada movimiento es una victoria y Richard Hidalgo ya consiguió algunas.
Tiene en su haber cuatro cumbres de estas dimensiones, el Shisha Pangma (8027 msnm), el único 8mil que está ubicado netamente en el Tíbet y que en 2006 escalara con Perú 8mil, la primera expedición peruana en alcanzar una cima en el Himalaya; el Cho Oyu (8201 m) la sexta montaña más elevada del mundo, el Manaslu de 8156 metros, y finalmente el Annapurna (8091m), la primera cumbre de más de 8mil metros en ser escalado por el hombre y estadísticamente el más mortal de los 8miles.
Esta vez el desafío es el mayor para un montañista: el Everest, la montaña más alta del mundo. La partida está programada para el 02 de abril, y lo bueno es que Richard está preparado para hacerlo. Lleva entrenando muchos años para este proyecto. Es uno de los montañistas más reconocidos del Perú y ha hecho de la cordillera de los Andes su campo de entrenamiento y su modo de vida. Richard irá sin porteadores y sin oxígeno artificial, en una expedición no comercial, para mostrarle al mundo entero la bicolor a 8848 metros, el punto más alto de la tierra.
Bien se dice que los peruanos no nos rendimos. Por el contrario, nos caracterizamos por ser luchadores, por esforzarnos al máximo y hasta el último momento para alcanzar nuestras metas.
Una cima no es un logro individual, aunque la mayor parte del esfuerzo sea de quien la escala, pero cuando se logra la meta existe todo un equipo al que agradecer, peruanos, amigos, colegas, empresas, que estuvieron detrás y apoyaron a que ese sueño se hiciera realidad.
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