Una profesora llegó desde Huaycán hasta este punto de la ciudad a dejar más de 150 cartas que sus alumnos le escribieron a Santa Rosa de Lima.
Las calles de la capital amanecieron frías, como es habitual en estos días de invierno. Pero las bajas temperaturas no han sido impedimento para que una multitud de feligreses llegue desde temprano al convento de Santa Rosa de Lima, en el centro histórico de la ciudad, para dejarle una carta a la santa patrona de Lima, Filipinas y las Américas.
Largas filas de devotos se han formado en las inmediaciones del jirón Callao, para ingresar al recinto y dejar las cartas en el famoso ‘Pozo de los Deseos’.
Y es que las cartas, escritas a mano y depositadas en el pozo, representan las esperanzas, ilusiones y deseos de los miles de fieles que llegan al convento durante este feriado, que se celebra cada 30 de agosto a nivel nacional.
Una feligresa contó a RPP que tomó sus previsiones y llegó a las 5:00 a.m. para ser de las primeras personas en dejar su carta.
En medio de la fila, también encontramos a Elisa Curi, una profesora del colegio Manuel González Prada que vino desde Huaycán, Ate; a dejar más de 150 cartas escritas por los alumnos.
“Es un compromiso que tengo yo, porque soy una servidora de Santa Rosa. Vengo cada 30 de agosto, madrugo y vengo desde allá”, narró.
Otra profesora de niños con habilidades diferentes, junto a sus estudiantes, llegó caracterizada como Santa Rosa de Lima, para fomentar la fe entre sus alumnos.
A más de 400 años de su muerte, Santa Rosa de Lima sigue siendo motivo de devoción para muchos y también un misterio para otros. Sus milagros y ejemplo de vida han logrado unir no solo a distintos pueblos, sino también naciones que la recuerdan cada 30 de agosto, con vocación de servicio y amor a Dios.
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