Ayer sábado se cumplió una semana de la desaparición en Colombia del periodista francés Roméo Langlois, bajo la sospecha de que pudo ser secuestrado por las FARC.
El periodista francés Roméo Langlois cumplió ayer una semana desaparecido en Colombia bajo la sospecha de que pudo ser secuestrado por las FARC tras un enfrentamiento con policías y militares, a los que acompañaba el reportero.
Siete días después de la desaparición, un grupo de colegas se concentraron el sábado último en el departamento sureño y selvático del Caquetá, mientras sigue la expectativa y preocupación por no saber nada de su paradero.
En el lugar de la desaparición, una zona rural y selvática de la pequeña localidad de La Unión Peneya, que pertenece al municipio de La Montañita, se nota en los últimos días el aumento de la actividad militar, así como la presencia inusitada de periodistas y de miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El pasado martes una presunta guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) admitió en un comunicado que leyó en emisoras locales que Langlois estaba retenido como "prisionero de guerra".
El viernes el secretario de Gobierno de la población de La Montañita, Jairo Alexander Orta, admitió que en la administración municipal "sí le damos credibilidad" al mensaje.
El mismo viernes, pocas horas antes de emprender un viaje por Singapur y China, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, formuló un nuevo llamado a las FARC para que dejen en libertad a Langlois y consideró que "si tienen dos dedos de frente", lo deben dejar libre.
"Si las FARC son inteligentes y tienen dos dedos de frente, lo soltarían inmediatamente, porque el costo para ellos es cada vez más alto", indicó el gobernante colombiano.
Santos ya había manifestado el lunes que había "muy claros indicios" sobre la responsabilidad de las FARC en la desaparición del periodista mientras mandos del Ejército han eludido confirmar o no la autenticidad del comunicado de la presunta rebelde.
Langlois fue visto por última vez el pasado 28 de abril en La Unión Peneya tras más de once años como corresponsal de la cadena France 24 y el diario Le Figaro en Colombia, cuando acompañaba a la Policía y al Ejército en una operación antidroga que quería filmar.
Los uniformados fueron atacados por los rebeldes y en enfrentamiento murieron un policía y tres soldados mientras el periodista desapareció.
Por otra parte, desde distintos lugares del mundo Gobiernos y organizaciones periodísticas expresaron su inquietud por la suerte de Roméo y exigieron su puesta en libertad.
La región donde está dado por desaparecido tiene fuerte presencia de frentes guerrilleros del llamado Bloque Sur de las FARC y es cercana al departamento del Putumayo, fronterizo con Ecuador y Perú.
En Francia, el caso Langlois se ha convertido en tema de debate electoral y el candidato socialista, François Hollande, se comprometió a hacer "todo lo posible" para lograr la liberación del periodista de 35 años si gana en las urnas a Nicolas Sarkozy.
Hollande prometió no solo trabajar por la liberación de Langlois, sino por los nueve franceses que actualmente están secuestrados en el mundo, en países como Colombia, Somalia, Yemen y el Sahel.
En Colombia, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), presidida por el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, también reclamó la inmediata liberación de Langlois.
El director de la FNPI, Jaime Abello, calificó en Bogotá de "insensatez" que las FARC puedan considerarlo un "prisionero de guerra" porque, recordó, "estaba ejerciendo una labor informativa".
Abello asimismo dejó claro que Langlois, un periodista afincado en Colombia desde hace varios años, ha trabajado tanto al lado del Ejército como de las FARC en la cobertura del conflicto armado, al destacar así su neutralidad como reportero de guerra.
En la misma línea se expresó la Asociación Colombiana de Editores de Diarios y Medios Informativos (Andiarios), que exigió "respetar la vida e integridad del periodista" tras reclamar su liberación.
EFE
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