Paolo Guerrero Manrique vive una pesadilla desde hace dos años. Vendió un auto que terminó en manos de una banda de narcotráficantes y hoy está en prisión pagando una pena que no cometió.
Esta es la historia no del seleccionado nacional y jugador del Hamburgo, Paolo Guerrero sino de otro Paolo, un joven que por casualidades de la vida también es futbolista de ligas menores en su natal Nasca y ahora hoy vive una pesadilla al cumplir 25 meses de prisión por haber vendido a un auto que fue a parar a una banda de narcotraficantes.
Paolo Guerrero Manrique compró un auto de segunda y tres meses después de venderlo por fallas mecánicas, York Lendeers, un ciudadano holandés fue capturado en el Aeropuerto Jorge Chávez con 11 kilos de cocaína escondidos en una maleta.
Entre sus pertenencias, la policía halló que un teléfono celular con una foto con la imagen del Toyota blanco que ya no era de propiedad de Paolo.
Según informa Punto Final, la Policía preguntaron al holandés quién le dio la droga y éste respondió que era un tal Paul, es ahí donde buscan en el récord a los ex propietarios del Toyota blanco y dan con el nombre de Paolo.
Guerrero Manrique compro su vehículo el 22 de noviembre del 2007 y según documentos es el quinto comprador, antes de él hubo cuatro propietarios pero la Policía no los ha investigado.
‘La Policía ha hecho una mala investigación en este caso, podía haber sido cualquiera la única coincidencia es que el holandés dijo Paul pero esta comprobado que Paul no es Paolo’, sostuvo el abogado de Paolo, Carlos Senisse
No obstante, el burrier dice que la razón por la cual le dijo a la Policía que un tal Paul le dio la droga fue porque en la Dirandro debían encontrarle un cómplice y Paolo era perfecto porque estaba detenido y esposado.
Paolo quien tiene a una madre enferma de cáncer, pide justicia y que la Policía investigue a fondo su caso, ya que según considera no hay pruebas que justifiquen su permanencia en el penal Santa Anita podría pagar una condena de 15 años.
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