Han pasado 26 años desde aquel nefasto 16 de julio de 1992 y Miriam Milagritos Sánchez Salcedo se pronuncia luego que se dictara cadena perpetua contra los responsables del lamentable hecho.
Hace 26 años Miriam Milagritos Sánchez Salcedo se encontraba en la calle Tarata, acomodaba los productos que vendía en esta parte del distrito de Miraflores, mientras contemplaba los edificios y transeúntes a minutos después de las nueve de la noche.
Cuando los relojes apuntaban las 9:20 p.m. del 16 de julio de 1992, mientras el público se dirigía a sus casas y/o salía de sus centros de trabajo, la potente detonación de un coche bomba hizo que aquel instante se convirtiera en un infierno que hasta hoy arrastra y que le ha dejado una herida que no puede curar.
RPP Noticias llegó a este lugar, escenario del sanguinario ataque terrorista y se encontró con ella, para conocer su opinión tras la decisión de la Sala Penal Nacional, la cual dictó cadena perpetua contra los responsables de este hecho, el fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán y toda su cúpula terrorista. Ellos fueron acusados de ser responsables del trágico hecho que dejó 25 muertos y 155 heridos, uno de estos Miriam Sánchez de 26 años aquel día.
La noticia no puede generar alegría, ni festejo. "Para mi es una tranquilidad y realmente algo que se merecen esas personas, porque alegría no le puedo decir que es, es una cosa que toda la vida la voy a recordar y que mucho dolor me causa", dice mientras sus ojos miran hacia algún lugar, un recuerdo.
Contó que en ese instante que arreglaba sus cosas para ir a casa y ver a sus hijas, quienes afortunadamente no las llevó como otras veces, cuando se desató la tragedia "De repente explosiona todo, yo me vi en el suelo. Cuando me ha recogido una señorita... con muchos muertos aquí", comenta la afligida mujer.
Miriam se dirigió también a las autoridades responsables de esta medida, "Les diría a la gente que realmente he tenido que esperar 26 años para escuchar esa noticia, porque sería algo irónico dejarlos libres... mucho dolor nos causó... hemos sufrido", manifestó.
Miriam piensa que se hizo justicia, pero no del todo, pues no solo queda una herida en la piel, sino una que quedará para siempre y la acompañará el resto de su vida. "Justicia de ley si, pero de una vida moral no, porque esa voy a cargarla de por vida, porque vivo enferma", indica resaltando que desde el hecho tiene que tomar hasta seis pastillas al día para conservar la calma.
Miriam Milagritos es solo una de las voces de aquellos sobrevivientes, quienes sumidos en el terror lograron salvarse de un hecho que muchos desean que no se repita, su voz se apaga y vuelve a lo suyo, hoy vuelve a casa afortunadamente, la herida no está cerrada.
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