El organismo expresó su "profundo pesar por la muerte de los dirigentes asháninkas Edwin Chota, Leoncio Quincima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo.
Taladores ilegales son los autores del asesinato de cuatro líderes indígenas de la etnia asháninka la semana pasada en un punto de la selva amazónica cercano a la frontera de Perú con Brasil, afirmó este miércoles la Defensoría del Pueblo en un comunicado.
El organismo expresó su "profundo pesar por la muerte de los dirigentes asháninkas Edwin Chota, Leoncio Quincima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo, como resultado del accionar delincuencial de taladores ilegales", y pidió la intervención inmediata del Estado para capturar a los responsables de su muerte.
Según relataron varias asociaciones asháninkas, la muerte de los indígenas ocurrió cuando se encontraron con un grupo de madereros mientras se dirigían a una reunión de líderes de esa etnia de Perú y Brasil para revisar su estrategia de revisión de fronteras para hacer frente a la deforestación de sus territorios.
Edwin Chota, el reconocido líder de la comunidad nativa del Alto Tamaya-Saweto, ubicada en la región de Ucayali, había denunciado "amenazas contra él y otros dirigentes de su comunidad por personas que se dedicaban a actividades de tala ilegal dentro de sus territorios".
El dirigente asháninka alertó de estas amenazas en una reunión que mantuvo el 6 de junio pasado en Lima con representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros y de los ministerios de Cultura, Relaciones Exteriores, Agricultura, Defensa, Ambiente, Desarrollo e Inclusión Social.
También estuvieron presentes en ese encuentro representantes del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), de la Policía Nacional del Perú (PNP) y de la Fiscalía.
Desde entonces, solo Osinfor viajó hasta la comunidad nativa para investigar las denuncias de tala ilegal, recordó la Defensoría del Pueblo.
Chota también era el fundador la Asociación de Comunidades Nativas Asháninkas de Masisea y Callería (Aconamac), desde donde ejerció un constante activismo contra la deforestación ilegal de la selva amazónica, además de denunciar la vulnerabilidad de su pueblo por la escasa presencia del Estado en la zona.
La Defensoría reclamó celeridad al Gobierno peruano para trasladar los cuerpos de los cuatro asháninkas asesinados, que continúan en la selva, así como apoyar a sus familias y poner en marcha medidas que erradiquen la tala ilegal.
Al respecto, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, condenó este miércoles el asesinato de los líderes asháninkas y enfatizó que el Gobierno luchará frontalmente contra la tala ilegal porque no solo genera deforestación, sino también el desplazamiento de las comunidades.
Pulgar Vidal lamentó que los taladores ilegales no respeten las propiedades, ni la historia ni la diversidad del bosque, por lo que deseó que la próxima COP20, la cumbre climática mundial que se celebrará en Lima del 1 al 12 de diciembre, sirva al menos para "reconocer el valor del bosque en pie".
EFE.
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