La víctima es un ex directivo italiano de 60 años que se pasaba seis horas al día con el móvil pegado a la oreja y que ahora tiene un tumor cerebral.
El Tribunal Supremo de Italia emitió una sentencia histórica que determina que el uso prolongado del teléfono celular puede provocar cáncer.
La víctima es el ex directivo Innocente Marcolini, de 60 años, que se pasaba seis horas al día con el móvil pegado a la oreja y que ahora tiene un tumor cerebral, informa El Mundo.
Según los magistrados del Supremo, la suya debe de ser considerada una enfermedad laboral porque la desarrolló en el ejercicio de su profesión al hacer "un uso prolongado del teléfono móvil".
Marcolini, natural de la localidad de Brescia y que tenía un cargo importante en compañía local, permanecía unas seis horas al día, durante diez años, entre cinco y seis a la semana, hablando incansable por el teléfono inalámbrico.
Los jueces han declarado ahora que si ha desarrollado un tumor es precisamente por el uso desenfrenado que hizo del teléfono inalámbrico a causa de su trabajo, y que debe por tanto recibir una indemnización económica.
El calvario de Marcolini comenzó en 2002, cuando después de sufrir una semiparálisis facial una resonancia magnética certifico que padecía un tumor cerebral en el nervio trigemino izquierdo, próximo a la oreja a la que tenía todo el día pegado el móvil para así dejar libre la mano derecha y poder utilizarla para tomar apuntes. Fue operado en Suiza.
Desde 2011 la Agencia Internacional de Investigaciones contra el Cáncer ha incluido a los teléfonos móviles entre los posibles agentes cancerígenos, No obstante, prácticamente todos los estudios a gran escala han resultado inconcluyentes hasta la fecha.
Las instrucciones de los fabricantes de esos aparatos aconsejan tenerlos a una distancia de 1,5 a 2,5 centímetros de la oreja. Además, se aconseja que los niños no utilicen teléfonos móviles.
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