Los hombres araña o limpiadores de alturas son un atractivo y preocupación para quienes los vean. Se capacitan constantemente y realizan una oración antes de cada jornada.
Una denuncia acompañada de una foto llegó al Whatsapp del Rotafono de RPP Noticias. En la imagen, tres hombres se balancean en la cima de hotel Westin en San Isidro, apenas sujetados por una soga. Pero contrario a lo que muchos pensaron, no era una imprudencia, sino el trabajo de expertos en limpieza de edificios de gran altura.
Para este trabajo ya no se necesita un andamio colgante, pero sí un casco, sogas, arnés y una silla descensora que sirve como freno anticaída, también llamado descensor Petzl. Puede resultar más espectacular, pero es también más seguro, según ellos mismos explican. Wilfredo Torres Bustamante trabajaba con andamios eléctricos, pero hace dos años se capacitó para el uso de este sistema.
Vértigo y oración
Heiner Mejía es el compañero de Bustamante y confiesa sin avergonzarse que el miedo es parte del trabajo. “Siempre va a haber algo de vértigo. Es mentira decir que no tengamos miedo. Es una experiencia de mucha adrenalina. A veces cuando estamos arriba nos encontramos a gallinazos haciendo nidos. Tratamos de llevarnos en paz con todos, hasta con los animales. Hay un compañero que todos los días inicia la oración en conjunto para protegernos y para que nos vaya bien en las horas de trabajo”.
¿Qué opinan las personas?
Estar en lo más alto de un edificio es la rutina para ellos, pero todos lo ven esto con la misma naturalidad. "Jamás lo haría, así me paguen” dice un transeúnte 20 pisos más abajo de donde están.
RPP Noticias conversó con Marcos Zevallos, gerente general de Impacto Z, una de las empresas que brindan el servicio de limpieza en alturas, una tarea que su equipo realiza cada dos meses en cada edificio.
“Las personas que no son para este oficio entran en pánico a los dos pisos y quieren bajar. Entonces ahí evaluamos quienes están en la capacidad de hacerlo. Además, para realizar esta tarea, se cuenta con un seguro contra riesgos, y otro de responsabilidad civil a terceros, en caso alguien externo a los trabajadores se vea dañado”.
Estos hombres no solo se ganan la vida siendo valientes. Todos se capacitan y llevan talleres en los cuales aprenden a mantener el equilibrio y desarrollan la confianza para desafiar el vértigo, pese a que tienen preocupadas a sus familias. Si existen personas que entienden lo que puede sentir el Hombre Araña en la cima de un edificio, esos son ellos.
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