Ana Carranza dijo haber conocido a Sergio Ramírez a través de Tinder y decidió matarlo porque no quiso tener una relación formal con ella.
La Policía confirmó que el estudiante Luis Ramírez Santos, cuyo cuerpo fue encontrado dentro de una bolsa de rafia en San Juan de Lurigancho, fue asesinado por una joven que conoció a través de la aplicación de citas Tinder.
En declaraciones al semanario Hildebrandt en sus Trece, el jefe de la Dirincri, general Miguel Ángel Núñez comentó que Ramírez (19) contactó a Ana Carranza (21) a través de esta aplicación disponible para teléfonos inteligentes.
Investigación. Según confesó Ana, cuando se encontraron en el centro comercial Jockey Plaza y luego fueron hacia el distrito de San Juan de Lurigancho.
La joven dijo que fueron a un hotel y Sergio la obligó a mantener relaciones sexuales. Ella comentó además que buscaba una relación formal, pero que el estudiante no aceptó, ante esto la joven planeó el asesinato de Ramírez a quien citó nuevamente el 10 de marzo, fecha en que se cometió el crimen.
Crimen y detención. Según la Policía, Ana hizo que el estudiante fuera a su casa en el distrito de San Juan de Lurigancho, allí le esperaban ella y su nuevo enamorado, Aníbal Chaco que también vivía en la misma casa. Cuando Sergio llegó, la joven le amenazó con una espada y le exigió que se disculpara por lo que le hizo.
Ana le hizo un corte profundo a la altura del brazo y le produjo una hemorragia. Según comentó en su relato el joven le pidió que lo matara e incluso grabó un mensaje despidiéndose de su familia. Luego de herirle le ahorcó con una soguilla hasta que dejó de respirar.
Fingieron secuestro. Luego llamaron a la familia del joven fingiendo ser secuestradores y pidieron 20 mil soles por su rescate. La familia les depositó 1,500 soles y los acusados retiraron 400 que gastaron en comida y juegos en el centro comercial Megaplaza.
Tras encontrar el cuerpo la Policía realizó una búsqueda intensiva en la zona y detuvo a la joven junto a su madre Yrma Evangelista (63) y Eduardo Carranza Chiara (31). Días después se detuvo a Aníbal Chaco que había escapado al enterarse de las capturas.
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