Angélica Jiménez contó a RPP lo que sufrió durante y después del atentado perpetrado por Sendero Luminoso en 1992. Este jueves, diez miembros de la cúpula del grupo terrorista fueron sentenciados a cadena perpetua por este crimen que se cobró la vida de 25 personas.
La noche del 16 de julio de 1992, Angélica Jiménez de 28 años se preparaba para salir a pasear con su hijo de 1 año y 11 meses, de pronto sintió una gran explosión que destruyó parte el edificio donde vivía. Había ocurrido el atentado de Tarata.
“Yo honestamente pensé que era el fin del mundo, fue lo primero que vino a mi mente sin exagerar ni dramatizar; dije aquí se terminó todo, pero cuando empecé a escuchar los gritos de la gente y a sentir el fuego supe que tenía que salir de ese lugar”, dijo Jiménez en una edición del programa Todo Se Sabe de RPP Noticias, emitido el 12 de septiembre de 2017.
Escape. Jiménez contó que tras la explosión pudo proteger con su cuerpo a su hijo; sin embargo quedó muy aturdida y tuvo que ser ayudada por su trabajadora del hogar. Cuando decidieron salir del edificio por el incendio que produjo la explosión, notaron que ya no había escaleras por lo que tuvieron que saltar desde el octavo piso.
“Hemos saltado de un piso a otro desde el octavo piso y cuando llegamos al segundo piso no pudimos saltar porque era una mezzanine; pero los bomberos nos dijeron que saltemos nosotros lo hicimos y desde entonces quedé inconsciente”, dijo.
No recibió ayuda. Luego de la explosión Jiménez no sufrió ningún tipo de ayuda del Estado, para costear sus operaciones ni siquiera asistencia psicológica para ayudarla a recuperarse emocionalmente. Según comentó ella tuvo que inscribirse en el registro de Víctimas para el Terrorismo, para lograr una indemnización, en especial para su hijo que no desarrolló el lenguaje, luego del impacto que sufrió Jiménez en la explosión.
Pese a esto, la sobreviviente afirmó que ha perdonado a los terroristas que realizaron el atentado de Tarata e incluso sostuvo que si se encontrara a Abimael Guzmán, le recomendaría que leyera la Biblia.
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