El recordado artillero de la selección gaucha de fútbol se ha convertido en esta semana en la nueva atracción de este deporte de elite.
Gabriel Batistuta, amado en
El legendario "Batigol" se convirtió esta semana en una nueva atracción del polo argentino, tras haber marcado un tanto para la victoria de su equipo, Loro Piana, sobre Chapelco, por 12-11, en su debut en el Campo Argentino de Polo, "
"Lo mío es el fútbol, pese a que hoy lo viví con mucha adrenalina, estoy haciendo mis primeros pasos en el polo y todavía me da vergüenza", se excusó el emblemático goleador, en el barrio céntrico de Palermo, donde fue ovacionado.
Rodeado por mujeres, niños y una nube de periodistas en el césped, el hombre que alguna vez enamoró con sus goles a simpatizantes de Newell"s Old Boys, Boca Juniors, Fiorentina, Roma e Inter de Italia mostró que su fuego sagrado, carisma y espíritu deportivo permanecen inalterables.
A los 40 años, y tras cuatro de su retiro de las canchas, Batistuta cambió sus botines romperredes por las botas marrones para debutar en el mítico escenario metropolitano, con motivo de la tercera etapa del "IV Argentina Polo Tour Patio Bullrich 2009".
"Me pareció muy bien que Batistuta haya encontrado su mundo en el polo. Es un señor dentro y fuera de la cancha", reconoció Marcela López Delgado, una médica forense de 39 años, pero "amante confesa" del polo.
Gentes de todas las edades y clases sociales lo vieron cabalgar y taquear, en otra demostración de que el polo logró salir del estrecho círculo aristocrático por obra y gracia de Adolfito Cambiaso, el mejor jugador del mundo y amigo de Batistuta.
Ubicado como delantero y compañero de su amigo, marcó el único tanto con actitud "bati-ganadora" y eclipsó con su carisma al "Maradona del Polo", quien fue autor de once de los doce goles de su equipo.
"Batistuta me sorprendió para bien, sólo le falta mejorar el swing", dijo el polista Eduardo "Ruso" Heguy (ex 10 de hándicap) haciendo honor al ilustre apellido de esta tradicional familia en el polo.
La tribuna se rindió a los pies del histórico goleador de la selección argentina (56 tantos), aunque su debut en Palermo fue con un jean blanco, casco, taco, anteojos, chomba azul marina y con el "1" en la espalda.
El equipo del jugador nacido en la provincia de Santa Fe (centro-este), donde es propietario de campos, se llama Loro Piana, en el que también juega su dueño, el empresario italiano Alfio Marchini.
Pese a su hándicap cero, el "Bati-polista" rompió barreras sociales y deportivas con su presencia en una tribuna donde se conseguían emparedados de tocino o carne argentina al equivalente de cuatro dólares, cervezas a tres dólares o gaseosas a dos dólares en una de las lluviosas tardes de Buenos Aires.
Diego y Marina White, un matrimonio habitúe de este exclusivo deporte y fabricantes de indumentaria de polo, también quedaron admirados por Batistuta durante los seis chukkers que duró el evento.
"Recién empieza, anda bien a caballo y su presencia es buena para la difusión del deporte", coincidieron los White. En el cuarto chukker, Batistuta estuvo a punto de convertir pero su taco quedó revoleando en el aire y al final de ese período su falta de experiencia lo llevó a rodar por el suelo.
Ya en el quinto chukker, demostró por qué es el "Batigol" y con un su sello se ganó las canciones futboleras de los hinchas del polo al atravesar la bocha frente a los mimbres y así igualar el match en nueve tantos.
AFP
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