El tenista español ya está en octavos de final. Su triunfo ante el alemán también le sirvió para sacarse la espina.
El español Rafael Nadal, número tres del mundo, que se reencontró con la tierra roja en Roma tras la aciaga semana de Madrid, urdió este miércoles su venganza contra el alemán Florian Mayer, quien le había derrotado en Shangai, y se impuso por 6-1 y 7-5 con lo que pasa a octavos.
Nadal, desbancado del número dos del ránking ATP por el suizo Roger Federer, ganador en la Caja Mágica, tardó menos de una hora y media para deshacerse del alemán y ahora se enfrentará en octavos al barcelonés Marcel Granollers (26), quien hoy ganó a Fabio Fognini (45).
El de Manacor había avisado sobre el peligro de Mayer al llegar a Roma, al recordar que el versátil e incómodo jugador le ganó el año pasado en Shangai por 7-6 (5) y 6-3, en el único partido que habían disputado.
Pero hoy no hubo historia. El balear comenzó el encuentro colocando un 3-0 sin prácticamente inmutarse y solo un par de errores en el cuarto juego, hicieron que finalmente el alemán ganase su servicio y subiera el 3-1 al marcador.
Nadal volvió a hacerse con su servicio y rompió el de su rival y, con 5-1, la primera manga estaba ya encarrilada y la cerró en tan solo 26 minutos.
El segundo set estuvo más disputado y se llegó a un 4-4 en el marcador con el alemán, que con su característico salto con el que acompaña el revés, puso varias veces en apuros al número tres del mundo.
Ayudado por un gran saque, el alemán no cedió su servicio, al igual que Nadal, que incluso le hizo tres juegos en blanco.
Pero en el décimo primer juego, el español se cansó y consiguió romper el servicio al alemán mostrando alguno de sus mejores golpes y sirviendo para ganar el español no perdonó.
A Nadal se le vio hoy con ganas de desquitarse de la derrota que sufrió ante el madrileño Fernando Verdasco en los octavos de Madrid y motivado al reencontrarse con la tierra roja de Roma, que siempre le ha sido propicia, pues el de Manacor se ha coronado campeón del torneo en cinco ocasiones.
EFE
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