El domingo se registraron los últimos tres decesos, dos en el departamento oriental de Santa Cruz y uno en el sureño de Tarija.
El domingo se registraron los últimos tres decesos, dos en el departamento oriental de Santa Cruz y uno en el sureño de Tarija.
En la capital cruceña se hallaron los cuerpos de dos indigentes que al parecer han fallecido por congelación después de que la ciudad amaneciera con una temperatura de 4 grados, poco usual en el clima cálido de esa región boliviana.
En el caso de Tarija, un chófer murió en un accidente de tránsito a causa de la nieve y la neblina.
Con estos tres decesos, las autoridades bolivianas contabilizan ya un total de 18 muertes, la mayoría en el departamento de Santa Cruz donde según el hospital San Juan de Dios son seis los fallecidos por las bajas temperaturas, todos indigentes que perecieron mientras dormían en las calles.
En la región central de Cochabamba dos bebés murieron la semana pasada, uno abandonado y el otro junto a sus padres mientras dormían.
Además, la policía de la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz, informó del fallecimiento de nueve indigentes desde finales de junio, mientras que en la región del Beni (noreste) el sábado murió un hombre congelado tras salir de un lago al que cayó ebrio.
La ola de frío se extiende desde el sur de Argentina y Chile hasta Bolivia, Paraguay, Perú y Brasil, y está asociado a un centro de alta presión atmosférica poco común instalado sobre la provincia de argentina de Buenos Aires y Uruguay.
Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolivia, las bajas temperaturas se pueden prolongar hasta agosto en el país andino, y el ministerio de Educación decidió suspender las clases hasta el miércoles para evitar enfermedades a los estudiantes. EFE
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