El nuevo conflicto entre Buenos Aires y Londres estalló cuando se hizo pública la intención británica de iniciar la exploración de petróleo en Malvinas.
Argentina dio hoy un paso más en su estrategia para evitar el inicio de una exploración petrolera británica en Malvinas y anunció la implantación de controles para el tráfico marítimo con las islas, cuya soberanía se disputan ambos países.
"Todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al Gobierno argentino", señala el decreto firmado hoy por la presidenta argentina, Cristina Fernández.
La medida, explicó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se acompaña de la creación de una comisión integrada por varios ministerios para coordinar las acciones a desarrollar para el cumplimiento del decreto.
El respeto de Argentina a la normativa internacional sobre Malvinas, agregó el ministro en rueda de prensa, "nos obliga, en defensa de los intereses de los argentinos, a tomar este tipo de decisiones que nos permitan ir hacia un punto que garantice no sólo la defensa de la soberanía sino de todos los recursos que pudieran existir" en las islas.
El nuevo conflicto entre Buenos Aires y Londres estalló cuando se hizo pública la intención británica de iniciar la exploración de petróleo en Malvinas, lo que provocó una airada respuesta del Gobierno de Fernández.
Argentina renovó sus advertencias contra las petroleras que operan en el archipiélago y recordó que serán "pasibles de demandas judiciales en los máximos tribunales por la potencial exploración y explotación de recursos argentinos".
El pasado día 11, Argentina pasó de las protestas a los hechos y prohibió operar en todos los puertos del país al buque "Thor Leader", que transportó al archipiélago material para la exploración de la empresa Desire Petroleum.
Además, el Gobierno argentino anunció la presentación de un reclamo ante las Naciones Unidas el próximo junio.
El conflicto por la soberanía de las islas Malvinas provocó en 1982 una guerra entre Argentina y el Reino Unido, que concluyó con la derrota del país suramericano y la muerte de casi mil soldados. EFE
"Todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al Gobierno argentino", señala el decreto firmado hoy por la presidenta argentina, Cristina Fernández.
La medida, explicó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se acompaña de la creación de una comisión integrada por varios ministerios para coordinar las acciones a desarrollar para el cumplimiento del decreto.
El respeto de Argentina a la normativa internacional sobre Malvinas, agregó el ministro en rueda de prensa, "nos obliga, en defensa de los intereses de los argentinos, a tomar este tipo de decisiones que nos permitan ir hacia un punto que garantice no sólo la defensa de la soberanía sino de todos los recursos que pudieran existir" en las islas.
El nuevo conflicto entre Buenos Aires y Londres estalló cuando se hizo pública la intención británica de iniciar la exploración de petróleo en Malvinas, lo que provocó una airada respuesta del Gobierno de Fernández.
Argentina renovó sus advertencias contra las petroleras que operan en el archipiélago y recordó que serán "pasibles de demandas judiciales en los máximos tribunales por la potencial exploración y explotación de recursos argentinos".
El pasado día 11, Argentina pasó de las protestas a los hechos y prohibió operar en todos los puertos del país al buque "Thor Leader", que transportó al archipiélago material para la exploración de la empresa Desire Petroleum.
Además, el Gobierno argentino anunció la presentación de un reclamo ante las Naciones Unidas el próximo junio.
El conflicto por la soberanía de las islas Malvinas provocó en 1982 una guerra entre Argentina y el Reino Unido, que concluyó con la derrota del país suramericano y la muerte de casi mil soldados. EFE
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