Los enfrentamientos étnicos entre kirguises y uzbekos han dejado 187 personas muertas desde el pasado viernes 11 de junio.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, agradeció hoy al presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, su colaboración con el organismo internacional para hacer frente a la "alarmante situación humanitaria" en Kirguistán.
Ban expresó su agradecimiento al presidente Karimov por los "esfuerzos constructivos" realizados por Uzbekistán "particularmente al abrir la frontera para los refugiados kirguises y ofrecerles su atención pese a los recursos limitados" de que dispone, informó hoy la ONU en un comunicado.
Durante una llamada telefónica desde Londres, donde Ban paró en su camino hacia Nueva York de regreso de una gira por África, el secretario general expresó su gratitud porque se hubiera garantizado la entrada a los campamentos de refugiados a la coordinación humanitaria de la ONU en Taskent, la capital de Uzbekistán, para que evaluara sus necesidades.
Ban aseguró que es "necesario" ofrecer ayuda "a todos las personas afectadas en el sur de Kirguistán y a las que buscan refugio en Uzbekistán, al tiempo que explicó que la ONU movilizaría "toda la asistencia necesaria en una estrecha colaboración entre sus agencias y los gobiernos regionales".
El secretario general de la ONU, que ya ha llegado a Nueva York, también dijo que había mantenido varias conversaciones con líderes regionales en Kirguistán y que continuará siguiendo "atentamente" el desarrollo de la situación en esa zona del continente asiático.
Ban informó, asimismo, que consultaría sobre la situación en Kirguistán "con miembros claves" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Kirguistán vive una situación de crisis por los enfrentamientos étnicos entre kirguises y uzbekos, en los que al menos han muerto 187 personas desde el pasado viernes 11 de junio, según los últimos datos oficiales.
Los choques comenzaron en Osh, la segunda ciudad de Kirguistán y una zona donde reside una importante minoría uzbeka, la madrugada del viernes pasado y luego se propagaron a la vecina Jalal-Abad, pese al estado de excepción y al toque de queda decretados por el Gobierno provisional kirguís.
Esos desórdenes comenzaron en el centro de Osh tras una pelea masiva entre jóvenes kirguises y uzbekos, que degeneró en actos de vandalismo.
En el tiempo que dura el conflicto entre kirguises y uzbekos se calcula que se ha producido el desplazamiento forzado de unas 200.000 personas dentro de Kirguistán y la huida de otras 75.000 al vecino Uzbekistán, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). EFE
Ban expresó su agradecimiento al presidente Karimov por los "esfuerzos constructivos" realizados por Uzbekistán "particularmente al abrir la frontera para los refugiados kirguises y ofrecerles su atención pese a los recursos limitados" de que dispone, informó hoy la ONU en un comunicado.
Durante una llamada telefónica desde Londres, donde Ban paró en su camino hacia Nueva York de regreso de una gira por África, el secretario general expresó su gratitud porque se hubiera garantizado la entrada a los campamentos de refugiados a la coordinación humanitaria de la ONU en Taskent, la capital de Uzbekistán, para que evaluara sus necesidades.
Ban aseguró que es "necesario" ofrecer ayuda "a todos las personas afectadas en el sur de Kirguistán y a las que buscan refugio en Uzbekistán, al tiempo que explicó que la ONU movilizaría "toda la asistencia necesaria en una estrecha colaboración entre sus agencias y los gobiernos regionales".
El secretario general de la ONU, que ya ha llegado a Nueva York, también dijo que había mantenido varias conversaciones con líderes regionales en Kirguistán y que continuará siguiendo "atentamente" el desarrollo de la situación en esa zona del continente asiático.
Ban informó, asimismo, que consultaría sobre la situación en Kirguistán "con miembros claves" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Kirguistán vive una situación de crisis por los enfrentamientos étnicos entre kirguises y uzbekos, en los que al menos han muerto 187 personas desde el pasado viernes 11 de junio, según los últimos datos oficiales.
Los choques comenzaron en Osh, la segunda ciudad de Kirguistán y una zona donde reside una importante minoría uzbeka, la madrugada del viernes pasado y luego se propagaron a la vecina Jalal-Abad, pese al estado de excepción y al toque de queda decretados por el Gobierno provisional kirguís.
Esos desórdenes comenzaron en el centro de Osh tras una pelea masiva entre jóvenes kirguises y uzbekos, que degeneró en actos de vandalismo.
En el tiempo que dura el conflicto entre kirguises y uzbekos se calcula que se ha producido el desplazamiento forzado de unas 200.000 personas dentro de Kirguistán y la huida de otras 75.000 al vecino Uzbekistán, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). EFE
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