En un ambiente tranquilo y festivo, las personas llenan el centro de esta pequeña ciudad, situada en Cisjordania.
Cristianos venidos del mundo entero llegan este martes a la iglesia de la Natividad de Belén, donde -según la tradición cristiana- nació Jesús, para dar inicio a las celebraciones de Navidad.
En un ambiente tranquilo y festivo, palestinos y extranjeros llenaban poco a poco el centro de esta pequeña ciudad, situada en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde hace más de 50 años.
A las puertas de la Basílica, una larga fila de fieles crecía conforme avanzaba la mañana. Todos desean pasar unos segundos en el lugar en el que se cree que nació Jesús, una pequeña gruta a la que se accede por una angosta escalera, situada tras el altar de la iglesia.
Este año, los fieles podrán contemplar, además, una pequeña reliquia que acaba de retornar a Belén desde el Vaticano: un fragmento de lo que se cree fue el pesebre de Jesús que no estaba en Tierra Santa desde hacía más de 1.300 años.
"Es importante porque es una parte de la estructura de madera del pesebre original de Belén. Esta estructura de madera salió de Tierra Santa en torno al año 640", según el Custodio de Tierra Santa, Francesco Patton.
En Belén, habrá miles de extranjeros pero pocos cristianos de la Franja de Gaza ya que Israel ha otorgado escasos permisos de viaje.
Cualquier palestino que desee salir de Gaza hacia Cisjordania, ambos territorios palestinos, debe atravesar Israel y obtener previamente un permiso expedido por las autoridades israelíes.
Alrededor de 200 personas fueron autorizadas a salir de la Franja de Gaza para la ocasión de las 950 que solicitaron permiso, según Wadi Abu Nasar, portavoz de las Iglesias de Tierra Santa.
En 2019, Belén está recibiendo a un número importante de turistas debido a la relativa calma que vive el conflicto. La ministra palestina de Turismo, Rula Mayaa, explicó en estos días de 3,5 millones de personas han visitado Belén este año. (AFP)
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