Impuso el palio a 45 arzobispos, de ellos 17 iberoamericanos, durante una misa solemne en la que pidió la unidad de los cristianos y fidelidad a Cristo y a la Iglesia.
Benedicto XVI celebró hoy el 60 aniversario de su ordenación sacerdotal e impuso el palio, símbolo de comunión con el obispo de Roma, a 45 arzobispos, de ellos 17 iberoamericanos, durante una misa solemne en la que pidió la unidad de los cristianos y fidelidad a Cristo y a la Iglesia.
Ante varias miles de personas que llenaron la basílica de San Pedro del Vaticano, el papa Ratzinger recordó aquel 29 de junio de 1951 cuando el cardenal alemán Faulhaber le ordenó sacerdote en la catedral bávara de Frisinga y pronunció la frase "Ya no os llamo siervos, sino amigos", con la que le confirió -dijo- el mandato de perdonar los pecados.
El anciano papa, que concelebró la misa con cien cardenales y 40 arzobispos, aseguró que en esas palabra se encierra el programa entero de una vida sacerdotal y dio las gracias a Dios por la "amistad" que le ha ofrecido en todos estos años.
El pontífice dijo también que Dios espera de los hombres una existencia vivida según su ley y que el contenido de esa ley se basa en el amor a Dios y a los hombres. El papa pidió fidelidad a Cristo y a la Iglesia.
En esta festividad, Benedicto XVI cumplió con la milenaria tradición de imponer el palio a los arzobispos nombrados este año, en esta ocasión 45, de los que cinco no pudieron acudir al Vaticano y lo recibirán en sus archidiócesis.
De los 45, uno es español, misionero en Angola, y los otros 16 de distintos países iberoamericanos.
El español es Luis María Pérez de Onraita Aguirre, nacido en Álava (norte) y nombrado recientemente arzobispo de la recién creada provincia eclesiástica angoleña de Malanje.
Los iberoamericanos son cuatro colombianos, dos chilenos, un argentino, un ecuatoriano, un guatemalteco y siete brasileños.
Se trata de los colombianos Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá; Jairo Jaramillo Monsalve, de Barranquilla; Dario de Jesús Monsalve Mejía, arzobispo de Cali, y Gonzalo Restrepo Restrepo, de Manizales.
Los brasileños son Sergio Da Rocha, de Brasilia; Dimas Lara Barbosa, de Campo Grande; Pedro Brito Guimaraes, de Palmas; Murilo Sabastiao Ramos Krieger, de San Salvador de Bahía; Jacinto Bergmann, de Pelotas; Helio Adelar Rubert, de Santa María y Pedro Ercilio Simon, de Passo Fundo.
Los chilenos son Ricardo Ezzati Andrello, de Santiago y Fernando Natalio Chomali Garib, de Concepción.
También recibieron el Palio Fausto Gabriel Trávez Trávez, de Quito; Oscar Julio Vian Morales, de Guatemala y Juan Alberto Puiggari, de Paraná (Argentina).
Asimismo lo recibieron Gustavo García Siller, arzobispo de San Antonio (EEUU) y nacido en México, y José Horacio Gómez, de Los Ángeles (EEUU), también nacido en México.
El palio es una faja de lana blanca, de entre cuatro y seis centímetros de ancho, con seis cruces de seda negra bordadas longitudinalmente. Están confeccionados con la lana de dos corderos.
Al principio era un signo litúrgico exclusivo de los papas, aunque más tarde éstos lo concedieron a los obispos que habían recibido de Roma una especial jurisdicción.
A la ceremonia asistió una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla -encabezada por Emmanuel Adamakis, metropolita (arzobispo) de Francia, quien descendió con el papa a las grutas vaticanas para rezar ante la tumba de Pedro.
Todos los años, una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla viene al Vaticano en esta fecha y el 30 de noviembre, festividad de san Andrés, el patrón de la Iglesia ortodoxa, una delegación de la santa sede viaja a Estambul.
Benedicto XVI volvió a abogar por la unidad de los cristianos, separados desde 1054, con el cisma entre Oriente y Occidente.
Con motivo de esta festividad, la estatua en bronce del apóstol san Pedro existente en la nave central de la basílica vaticana fue recubierta, como ya es tradición, con los paramentos pontificales y le fue colocada en la cabeza una mitra de oro.
Para celebrar el 60 aniversario de la ordenación sacerdotal del papa, el Colegio Cardenalicio ofreció hoy una comida a 220 pobres en la basílica de san Juan de Letrán, la catedral de Roma. EFE
Comparte esta noticia