El Papa expresó sentirse indignado y traicionado por el abuso contra al menos 400 niños cometidos por sacerdotes en Irlanda durante 70 años, según un informe oficial.
Benedicto XVI prometió "iniciativas" concretas y "tolerancia cero" por los abusos sexuales contra menores cometidos durante 30 años por sacerdotes católicos en Irlanda, que "traicionaron sus solemnes promesas" a Dios y se aprovecharon de los pequeños.
El Papa Ratzinger, que se confesó "indignado y traicionado", condenó "los crímenes odiosos" de los que al menos 400 niños irlandeses fueron víctimas de los abusos sexuales cometidos por 46 sacerdotes de la archidiócesis de Dublín, según desveló el informe elaborado por la Comisión Murphy, presentado el pasado 26 de noviembre.
Para analizar lo ocurrido, Benedicto XVI convocó hoy en el Vaticano al cardenal Sean Brady, presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa y arzobispo de Armagh, y al arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin.
También asistieron el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone; el "ministro de Exteriores", Dominique Mamberti; el "número tres" del Vaticano, Fernando Filoni; y los cardenales Claudio Hummes (congregación para el Clero), Giovanni Battista Re (Obispos), William Levada (Doctrina de la Fe) y Franc Rode (Vida Consagrada), dicasterios competentes en el caso.
Tras una hora y media de reunión, el Vaticano hizo público un comunicado, "amplio, fuerte y exhaustivo", en el que se vio la mano del Papa, según precisó el portavoz, Federico Lombardi, que precisó que el Pontífice usó "palabras fortísimas".
El Papa Ratzinger, como ya hizo durante los casos de pederastia en EEUU y Australia, reiteró la llamada "tolerancia cero" contra estos "crímenes odiosos", como les calificó hoy.
Lombardi precisó que Benedicto XVI "ha tomado la cuestión muy en serio y ha reiterado que quiere afrontar los problemas en todos sus aspectos".
El Papa ha anunciado que enviará una carta a los fieles católicos irlandeses en la que les indicará "claramente" las iniciativas que se adoptarán para responder a la situación.
El comunicado añade que "tras un atento estudio del informe (Murphy), el Papa está profundamente asolado y angustiado por su contenido".
"El Pontífice desea expresar una vez más su profundo pesar por las acciones de algunos miembros del clero, que han traicionado sus solemnes promesas a Dios así como la confianza depositada en ellos por las víctimas y sus familias y por la sociedad en general", precisó el comunicado del Vaticano.
El Obispo de Roma -agregó- comparte "la indignación, la traición y la vergüenza que sienten muchos fieles en Irlanda y se une a ellos con la oración en este difícil momento en la vida de la Iglesia".
El Papa pidió a los católicos irlandeses y a los católicos de todo el mundo que se unan a él en la plegaria por las víctimas, sus familias y todos aquellos afectados "por esos crímenes atroces".
Aseguró que la Iglesia seguirá "este grave asunto con la máxima atención", para comprender mejor "cómo estos vergonzosos hechos se produjeron y la mejor formar de poner en marcha medidas eficaces para evitar que se repitan".
La Santa Sede, resaltó el Vaticano, "se toma muy en serio" las cuestiones planteadas por el informe, incluida las referentes a los responsables de la Iglesia local (de Dublín) que tienen la responsabilidad última del cuidado de los niños.
La Iglesia Católica irlandesa, según desveló el informe Murphy, gozó de inmunidad durante décadas para ocultar, en connivencia con el Estado, los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes de la Archidiócesis de Dublín.
El pasado mes de junio Benedicto XVI mantuvo otra reunión con los mismos cardenales para analizar en aquella ocasión la situación de la Iglesia católica de Irlanda tras los miles de casos de abusos sexuales cometidos por religiosos contra niños durante casi 70 años, recogidos en el Informe Ryan.
Ese informe, conocido un mes antes, desveló que miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas en instituciones estatales regentadas por religiosos.
Por ese escándalo dimitió el obispo de Cloyne, John Magee, al conocerse que retrasó las investigaciones sobre presuntos casos de pederastia denunciados en su diócesis.
No se descarta que en los próximos días se produzcan nuevas dimisiones de prelados por el escándalo de la archidiócesis de Dublín. EFE
El Papa Ratzinger, que se confesó "indignado y traicionado", condenó "los crímenes odiosos" de los que al menos 400 niños irlandeses fueron víctimas de los abusos sexuales cometidos por 46 sacerdotes de la archidiócesis de Dublín, según desveló el informe elaborado por la Comisión Murphy, presentado el pasado 26 de noviembre.
Para analizar lo ocurrido, Benedicto XVI convocó hoy en el Vaticano al cardenal Sean Brady, presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa y arzobispo de Armagh, y al arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin.
También asistieron el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone; el "ministro de Exteriores", Dominique Mamberti; el "número tres" del Vaticano, Fernando Filoni; y los cardenales Claudio Hummes (congregación para el Clero), Giovanni Battista Re (Obispos), William Levada (Doctrina de la Fe) y Franc Rode (Vida Consagrada), dicasterios competentes en el caso.
Tras una hora y media de reunión, el Vaticano hizo público un comunicado, "amplio, fuerte y exhaustivo", en el que se vio la mano del Papa, según precisó el portavoz, Federico Lombardi, que precisó que el Pontífice usó "palabras fortísimas".
El Papa Ratzinger, como ya hizo durante los casos de pederastia en EEUU y Australia, reiteró la llamada "tolerancia cero" contra estos "crímenes odiosos", como les calificó hoy.
Lombardi precisó que Benedicto XVI "ha tomado la cuestión muy en serio y ha reiterado que quiere afrontar los problemas en todos sus aspectos".
El Papa ha anunciado que enviará una carta a los fieles católicos irlandeses en la que les indicará "claramente" las iniciativas que se adoptarán para responder a la situación.
El comunicado añade que "tras un atento estudio del informe (Murphy), el Papa está profundamente asolado y angustiado por su contenido".
"El Pontífice desea expresar una vez más su profundo pesar por las acciones de algunos miembros del clero, que han traicionado sus solemnes promesas a Dios así como la confianza depositada en ellos por las víctimas y sus familias y por la sociedad en general", precisó el comunicado del Vaticano.
El Obispo de Roma -agregó- comparte "la indignación, la traición y la vergüenza que sienten muchos fieles en Irlanda y se une a ellos con la oración en este difícil momento en la vida de la Iglesia".
El Papa pidió a los católicos irlandeses y a los católicos de todo el mundo que se unan a él en la plegaria por las víctimas, sus familias y todos aquellos afectados "por esos crímenes atroces".
Aseguró que la Iglesia seguirá "este grave asunto con la máxima atención", para comprender mejor "cómo estos vergonzosos hechos se produjeron y la mejor formar de poner en marcha medidas eficaces para evitar que se repitan".
La Santa Sede, resaltó el Vaticano, "se toma muy en serio" las cuestiones planteadas por el informe, incluida las referentes a los responsables de la Iglesia local (de Dublín) que tienen la responsabilidad última del cuidado de los niños.
La Iglesia Católica irlandesa, según desveló el informe Murphy, gozó de inmunidad durante décadas para ocultar, en connivencia con el Estado, los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes de la Archidiócesis de Dublín.
El pasado mes de junio Benedicto XVI mantuvo otra reunión con los mismos cardenales para analizar en aquella ocasión la situación de la Iglesia católica de Irlanda tras los miles de casos de abusos sexuales cometidos por religiosos contra niños durante casi 70 años, recogidos en el Informe Ryan.
Ese informe, conocido un mes antes, desveló que miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas en instituciones estatales regentadas por religiosos.
Por ese escándalo dimitió el obispo de Cloyne, John Magee, al conocerse que retrasó las investigaciones sobre presuntos casos de pederastia denunciados en su diócesis.
No se descarta que en los próximos días se produzcan nuevas dimisiones de prelados por el escándalo de la archidiócesis de Dublín. EFE
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