Chávez remarcó que la llegada de estos aparatos convierte "este 13 de marzo en un día histórico para la Fuerza Aérea Bolivariana y antiimperialista".
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, encabezó hoy el acto de entrega de los cuatro primeros, de 18, aviones K-8W adquiridos en China para entrenamiento militar, aunque llegaron artillados y dotados de misiles aire-tierra, bombas y cohetes.
Chávez remarcó en un acto televisado efectuado en una base militar del estado de Lara (noroeste), al cual asistió vestido con el uniforme de comandante en jefe de la Fuerza Armada Bolivariana (FAB), que la llegada de estos aparatos convierte "este 13 de marzo en un día histórico para la Fuerza Aérea Bolivariana y antiimperialista".
Con este armamento aumenta la capacidad castrense para "defender la soberanía de esta tierra sagrada y de esta revolución", subrayó.
En el evento participó el actual ministro de Salud, Luis Reyes, quien el año pasado y como ministro del Despacho de la Presidencia gestionó la compra de esos aviones, por un monto no revelado, con la Corporación de la Industria de Aviación China y la Corporación Nacional China de Aerotecnología, Importación y Exportación (Catic).
El vicepresidente de la Catic, Yang Yng, señaló en Caracas a mediados del año pasado que el acuerdo de compraventa incluía "un paquete logístico de apoyo de tres años a partir de la entrega", adicional a la garantía de un año y los servicios técnicos durante toda la vida útil de los aparatos.
Reyes informó entonces de que, además de los K-8W, "se espera adquirir, a futuro, una flota de aviones para la Escuela de Aviación Militar para formar a los pilotos de combate" y que, en ese sentido, "se está buscando un avión de combate intermedio, tal como el L15".
Dos meses después de que los K-8W lleguen a Venezuela, añadió Reyes en esa ocasión, "se evaluará si es necesario incrementar la flota" con más aparatos de ese tipo o con otros.
Previamente, en febrero de 2009, durante una visita a Caracas del vicepresidente chino, Xi Jinping, Chávez dijo que además de los K-8W tenía prevista la compra a China de una red de radares que, según el entonces jefe del Comando Estratégico Operacional (CEO), general Jesús González, "aumentarán la efectividad" de la lucha antidroga venezolana.
González aludió en esa ocasión a "obstáculos enfrentados por Venezuela" en sus intentos por adquirir equipos aéreos en Brasil y España, ante la prohibición de los Estados Unidos de permitir la venta al país suramericano de equipos con componentes o patentes estadounidenses.
"Debemos reconocer que estábamos prácticamente desarmados ante la negativa de envío de repuestos por parte de Estados Unidos para los aviones y helicópteros fabricados allí", afirmó el general.
Estas compras de equipos militares a China siguen a las efectuadas por el Gobierno de Chávez a Rusia en 2006 de 24 aviones caza Suhoi-30, unos 50 helicópteros y 100.000 fusiles AK-103, por unos 3.000 millones de dólares, según fuentes rusas.
Adicionalmente, Chávez dijo que durante una visita que efectuó a Moscú el año pasado el Gobierno del presidente ruso, Dimitri Medvedev, aprobó una financiación de 2.200 millones de dólares para el gasto venezolano en armamento, lo que luego "hizo viable" la compra del sistema antiaéreo portátil Iglá-S y de 92 tanques T-72. EFE
Chávez remarcó en un acto televisado efectuado en una base militar del estado de Lara (noroeste), al cual asistió vestido con el uniforme de comandante en jefe de la Fuerza Armada Bolivariana (FAB), que la llegada de estos aparatos convierte "este 13 de marzo en un día histórico para la Fuerza Aérea Bolivariana y antiimperialista".
Con este armamento aumenta la capacidad castrense para "defender la soberanía de esta tierra sagrada y de esta revolución", subrayó.
En el evento participó el actual ministro de Salud, Luis Reyes, quien el año pasado y como ministro del Despacho de la Presidencia gestionó la compra de esos aviones, por un monto no revelado, con la Corporación de la Industria de Aviación China y la Corporación Nacional China de Aerotecnología, Importación y Exportación (Catic).
El vicepresidente de la Catic, Yang Yng, señaló en Caracas a mediados del año pasado que el acuerdo de compraventa incluía "un paquete logístico de apoyo de tres años a partir de la entrega", adicional a la garantía de un año y los servicios técnicos durante toda la vida útil de los aparatos.
Reyes informó entonces de que, además de los K-8W, "se espera adquirir, a futuro, una flota de aviones para la Escuela de Aviación Militar para formar a los pilotos de combate" y que, en ese sentido, "se está buscando un avión de combate intermedio, tal como el L15".
Dos meses después de que los K-8W lleguen a Venezuela, añadió Reyes en esa ocasión, "se evaluará si es necesario incrementar la flota" con más aparatos de ese tipo o con otros.
Previamente, en febrero de 2009, durante una visita a Caracas del vicepresidente chino, Xi Jinping, Chávez dijo que además de los K-8W tenía prevista la compra a China de una red de radares que, según el entonces jefe del Comando Estratégico Operacional (CEO), general Jesús González, "aumentarán la efectividad" de la lucha antidroga venezolana.
González aludió en esa ocasión a "obstáculos enfrentados por Venezuela" en sus intentos por adquirir equipos aéreos en Brasil y España, ante la prohibición de los Estados Unidos de permitir la venta al país suramericano de equipos con componentes o patentes estadounidenses.
"Debemos reconocer que estábamos prácticamente desarmados ante la negativa de envío de repuestos por parte de Estados Unidos para los aviones y helicópteros fabricados allí", afirmó el general.
Estas compras de equipos militares a China siguen a las efectuadas por el Gobierno de Chávez a Rusia en 2006 de 24 aviones caza Suhoi-30, unos 50 helicópteros y 100.000 fusiles AK-103, por unos 3.000 millones de dólares, según fuentes rusas.
Adicionalmente, Chávez dijo que durante una visita que efectuó a Moscú el año pasado el Gobierno del presidente ruso, Dimitri Medvedev, aprobó una financiación de 2.200 millones de dólares para el gasto venezolano en armamento, lo que luego "hizo viable" la compra del sistema antiaéreo portátil Iglá-S y de 92 tanques T-72. EFE
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