Meteorólogos rusos se enfrentan a un mes de espera para recibir ayuda.
Troynoy es una pequeña isla en el Ártico que se ha convertido en la prisión de cinco meteorólogos rusos. Los científicos permanecen en una estación meteorológica y no pueden salir pues diez osos polares adultos y varios oseznos llevan semanas dando vueltas por la zona.
Esperan ayuda. Los rusos han quedado confinados en el interior de la estación y se enfrentan a un mes de espera para recibir ayuda. Vassiliy Shevchenko, el jefe de la Red de Monitoreo estatal Sevgidromet, dijo a la agencia Tass que unos 10 osos polares y sus cachorros están peligrosamente cerca de los investigadores.
Peligroso. El equipo se ha quedado sin bengalas para ahuyentar a los osos y ha tenido que abandonar los trabajos de observación que requerían salir al exterior. Según cuentan los meteorólogos, una osa polar pasea por las noches bajo la ventana de la estación, por lo que es peligroso salir al exterior.
Optimista. “Hemos recomendado al personal de la estación que extreme las precauciones, que no abandone la estación y que continúe únicamente con las observaciones meteorológicas posibles”, Shevchenko. “A finales de octubre o principios de noviembre, las aguas cercanas a la costa se congelarán y los osos saldrán de la isla en busca de alimento. Estas cosas han ocurrido antes”, añadió.
Peligro de extinción. A pesar del aparente optimismo de Shevchenko, un buque de investigación llegará a la isla dentro de un mes con más bengalas y perros para asustar a los animales. Los osos polares son una especie en peligro de extinción, su caza está prohibida en Rusia desde 1957.
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