"Han sido varios días de soledad junto a él, pero éste último día, el de la despedida en la que sólo estábamos él y yo ha sido especialmente duro”, relató la enfermera.
El testimonio de una enfermera, que cuidó en sus últimos días a Mario, un paciente de 75 años con COVID-19, ha revelado el impacto psicológico y emocional de la pandemia en el personal médico.
A modo de homenaje, la mujer escribió un relato en el blog Enfermeiras en loita (Enfermeras en lucha), en el que relata los últimos momentos del fallecido quien, antes de contagiarse, llevaba una vida normal.
“Mis accesos a la habitación, aun queriéndolo, deben ser los justos para evitar nuestra exposición”, relata la enfermera, y recuerda que Mario presentó, desde un inicio, los síntomas característicos de la enfermedad: sensación de falta de aire, tos y fiebre.
Con los días, Mario empeoró debido a la insuficiencia respiratoria y la neumonía le provocó una infección generalizada. “Su deterioro avanza muy rápido y parece imparable”, escribió la mujer y confirmó su deceso.
“Luchó para mantenerse con vida en la soledad de su habitación”, narró y reconoció que su fallecimiento tuvo un fuerte impacto psicológico en ella.
“Han sido varios días junto a él, varios días en los que he tenido la suerte de conocer su persona, varios días de risas y bromas cuando estaba permitido, varios días de soledad junto a él, pero éste último día, el de la despedida en la que sólo estábamos él y yo ha sido especialmente duro. Para mí no será un número más. Para mí siempre será Mario”, finalizó.
Comparte esta noticia