En el hospital "no hay camas suficientes para todos los enfermos", dice la hija de un paciente fallecido a los 60 años producto del nuevo coronavirus.
Varias ambulancias convergen el jueves en un hotel 4 estrellas en Madrid, el primero medicalizado para tratar casos de nuevo coronavirus. En el hospital "no hay camas suficientes para todos los enfermos", dice la hija de un paciente fallecido a los 60 años.
Detrás de las puertas corredizas del Gran Hotel Colón, jóvenes médicos en batas blancas reciben, con tapabocas, a las personas que llegan a la entrada. En la parte trasera del edificio, una paciente desciende de una ambulancia, rodeada de personas con trajes protectores.
Este hotel ubicado en el centro de la capital española es el primero en ser habilitado para tratar los casos menos graves del nuevo coronavirus. Una primicia en Europa, aunque Alemania tomará la misma medida.
Esto "permitirá aliviar la presión asistencial" sobre unos hospitales que empiezan a sufrir saturación y "liberar habitaciones", indicó un comunicado de la región de Madrid.
ESPAÑA, EL SEGUNDO PAÍS MÁS AFECTADO DE EUROPA
El cuarto país más afectado a nivel mundial por la pandemia, España, registra más de 17.000 casos, de ellos 6.777 en la región de la capital.
El coronavirus ha dejado al menos 767 personas fallecidas en el país -un alza de cerca de 30% en 24 horas-, 498 de ellas en la región de Madrid, según el último balance oficial.
"Hace una semana no nos imaginábamos nada de esto", pero "me parece bien que acogen pacientes en el hotel", estima Ángela Pérez, una vecina de 45 años del Colón que arrastra un carrito de la compra por la calle desierta a causa del confinamiento general.
"Aquí están trabajando a destajo", afirma Carlos Moreno, de 51 años, a la salida de este gran hospital donde su esposa es tratada por un tumor. "La atienden muy bien", garantiza. "Pero la han cambiado de planta para meter a más gente infectada, para tenerlos separados", explica.
Saliendo el hospital, una fisioterapeuta de 25 años, Elena Guijarro, cuenta que se dispone a enterrar a su padre, muerto de coronavirus. "Tenía 60 años. Era informático. Creemos que se contaminó en el transporte público", dice.
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