Repartidor particular, un médico a disposición y pruebas de diagnóstico de COVID-19 a domicilio, son algunos de los servicios que ofrece una cadena de apartamentos de lujo para pacientes con el virus.
"Le Bijou" (La joya), cadena de lujo en Suiza que opera 42 apartamentos hoteleros de primera categoría, empezó a ver cómo disminuían las reservas a finales de febrero, cuando el país alpino registró sus primeros casos de infección por el nuevo coronavirus y la pandemia estalló en Italia.
Al mismo tiempo, había clientes exquisitos que reservaban para estancias inusualmente largas, dos semanas o más, y muchos de ellos solicitaban la visita de un médico.
"Nos dimos cuenta que teníamos que ofrecer un nuevo servicio y adaptarnos lo antes posible. Así que propusimos los apartamentos de contención", explica a la AFP Alexander Hübner, cofundador y presidente de la cadena, que otorga al beneficiario un repartidor particular, un médico a disposición y pruebas de diagnóstico de COVID-19 a domicilio, entre otros servicios.
Los huéspedes que deseen cumplir con las normas de distanciamiento físico pueden instalarse en estas lujosas viviendas, sin cruzarse con conserjes ni personal de limpieza, pedir cestas de alimentos o bien platos preparados, que serán dejados en sus puertas.
"Si estás atrapado en Suiza o eres una de las personas en riesgo y quieres aislarte, probablemente sea la mejor opción", explica Hübner.
DETECCIÓN A DOMICILIO
En estas condiciones de comodidad, el confinamiento es costoso, aunque Hübner asegura haber bajado sus tarifas habituales, que pueden llegar hasta 2.000 francos suizos (1.900 euros, 2.050 dólares) por noche.
"Los apartamentos más grandes o de superficie media giran alrededor de 500 francos al día (475 euros, 510 dólares)", afirma.
Por 800 francos adicionales al día (758 euros, 820 dólares), los residentes pueden recibir la visita de un médico o, dos veces al día, de una enfermera. Por 4.800 francos más (4.550 euros, 4.900 dólares), también al día, pueden costearse una vigilancia médica las 24 horas. Por último, una prueba de diagnóstico de COVID-19 se factura en 500 francos (475 euros, 510 dólares).
Pero Hübner asegura que firmar un cheque no permite hacerse la prueba automáticamente. "Es falso decir que basta con pagar para realizarse una prueba. Debe tener síntomas graves".
Además, afirma que no lucra con este servicio, ya que ofrece estancias gratuitas a los médicos y enfermeras movilizados en el frente de la lucha contra la pandemia. Actualmente hay ocho trabajadores sanitarios alojados en sus apartamentos.
Y su pequeña empresa no conoce (demasiado) la crisis, con una tasa de ocupación de alrededor del 70%.
La identidad de los clientes es confidencial, pero de acuerdo con su sitio web, el cofundador de Apple Steve Wozniak y el autor del "Lobo de Wall Street", Jordan Belfort, han pernoctado aquí.
La prioridad, explica Hübner, consiste en seguir dando trabajo a sus 65 empleados y colaboradores. Para mantenerse a flote, recibe donaciones y él mismo donó más de un cuarto de su salario anual.
"No queremos rendirnos y esperar el rescate del gobierno", dijo, al referirse al destacar que es un empresario que busca soluciones en medio de la crisis por la pandemia.
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