Estados Unidos compró mascarillas a un cargamento que estaba a punto de despegar a Francia desde un aeropuerto en China. Francia por otro lado incauta cubrebocas que estaba destinado hacia España o Italia. Así es la carrera por conseguir esta pieza esencial en la prevención de coronavirus.
Sin las capacidades de producir por sí mismos mascarillas en número suficiente, pieza fundamental para evitar la propagación de coronavirus, muchos países occidentales buscan comprar millones de cubrebocas, principalmente en Asia. Ello ha conducido a muchos a pasar por alto las reglas y el juego limpio que rigen en tiempo normal en los intercambios mundiales.
Según funcionarios franceses, un cargamento entero de mascarillas que estaba a punto de despegar rumbo a Francia fue comprado en efectivo y a mayor precio por compradores estadounidenses, en la pista de un aeropuerto en China, recientemente.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, pidió el jueves a los funcionarios de su país que investiguen reclamos similares de que se estaban desviando mascarillas de su país.
Por otro lado, el diputado ucraniano Andrii Motovylovet, que viajó a China en marzo para acompañar un cargamento médico, contó en Facebook que fue testigo de una "competencia aterradora por equipo médico".
En China, pocos fabricantes tienen permisos para exportar. Los que no tienen, deben pasar por empresas comerciales si quieren exportar. De ahí la existencia de muchos intermediarios.
En esta lucha despiadada, algunos países han desplegado a sus servicios secretos. Según el diario francés Le Figaro, el Mosad israelí llevó a cabo en marzo un operativo clandestino para hacerse con kits de detección del virus en un país que no fue identificado.
"Es un tiempo de negociaciones directas (...) que a menudo están acompañadas de favoritismo, malversación y sobrefacturación", escribió Laurence Folliot Lalliot, profesora de derecho público, en una columna en el periódico francés Le Monde.
El ex primer ministro eslovaco Peter Pellegrini dijo a la televisión TA3 el 15 de marzo que su país había reservado millones de mascarillas en Ucrania, que debían pagarse en efectivo.
"Estábamos preparando una maleta con 1,2 millones de euros. Tuvimos que usar un vuelo especial del gobierno para recogerlas. Pero un intermediario alemán llegó antes, nos superó en la oferta y se las llevó", contó.
República Checa incautó también mascarillas que debían ir a Italia. Las autoridades de Praga dijeron que la incautación se decidió "sobre la base de la sospecha de comportamiento fraudulento y actividades delictivas", pero se comprometieron a enviar material equivalente a Italia "lo antes posible", según la embajada checa en París.
AFP
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