Además, miles de personas acreditadas se quedaron fuera del recinto de la cita internacional, desarrollada en la capital danesa, a causa del colapso de los accesos.
La Cumbre de la ONU del Cambio Climático quedó hoy bloqueada después de que las negociaciones alcanzaran un punto muerto y que miles de personas acreditadas se quedaran fuera del recinto de la conferencia a causa del colapso de los accesos.
El bloque africano abandonó hoy las negociaciones tras denunciar que los países industrializados están intentando "matar" el Protocolo de Kioto al intentar sellar un acuerdo más amplio que incluya compromisos vinculantes de reducción de emisiones contaminantes de las naciones emergentes.
La presidencia danesa dedicó la mañana a reunirse con los grupos regionales de la cumbre, ante la llegada de cerca de unos cincuenta ministros de Medio Ambiente, algo que molestó a bloques como el africano, porque implicaba cancelar las sesiones plenarias.
El presidente del grupo, el delegado argelino Kamel Djemouai, denunció que la presidencia danesa trate de forma separada y mezclada elementos contenidos en las dos vías de negociación, la de Kioto y la de la Convención Marco de la ONU, con el propósito de vaciarlas de contenido.
"Si aceptamos esta situación, firmaremos la muerte de Kioto, el único documento legalmente vinculante que existe", afirmó Djemouai.
La retirada africana era minimizada por el secretario ejecutivo de la conferencia, Yvo de Boer, quien dijo que la presidenta de la conferencia, la danesa Connie Hedegaard, había dedicado la mañana a coordinar la agenda de la conferencia con los distintos grupos.
Además, sendas ruedas de prensa de las delegaciones de EEUU y China, los dos países más contaminantes del Planeta, previstas para hoy fueron canceladas sin motivo, además de otros encuentros con los medios.
El tono de las negociaciones se recrudeció la semana pasada, ante la negativa de los países emergentes a sellar acuerdos vinculantes -a los que según el Protocolo de Kioto sólo están obligados los países ricos- pero la presentación de dos borradores de trabajo pareció haber calmado algo los ánimos.
Las delegaciones de China y EEUU se enzarzaron en su particular guerra interna, al reclamar el uno del otro mayores compromisos medioambientales, mientras que los Países Menos Desarrollados, se unieron a la petición de las naciones ricas de que también los emergentes se comprometan de forma vinculante.
De Boer insistió hoy, sin embargo, en que la cumbre "no se ha suspendido" y anunció que la presidencia había abierto consultas informales de "final abierto" para acordar los "temas clave" del documento final.
Las 192 delegaciones buscan sellar un acuerdo internacional de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) por parte de los países ricos, que sustituya al protocolo de Kioto, una vez éste expire en 2012, y que fije los fondos necesarios para que los países en vías de desarrollo hagan frente al cambio climático.
La cumbre de la ONU se vio colapsada, a escala organizativa, desde primeras horas de la mañana, tras la avalancha de nuevos asistentes que ha supuesto para la cita danesa la llegada de unos cincuenta ministros de Medio Ambiente.
La organización comunicó que se han acreditado más de 43.000 personas para la cumbre, de las que se habían emitido hasta hoy unas 22.000 acreditaciones.
Por cuestiones de seguridad, el Bella Center, sede de la conferencia, sólo puede acoger a unas 15.000 personas, pero hoy se contabilizaron ya 20.000 pases en la entrada de los recintos, según un portavoz de la ONU.
La organización comunicó el sábado que a partir de mañana se limitará el acceso a las ONG, previo al tramo de "alto nivel" de la cumbre que congregará a 110 jefes de Estado y de Gobierno.
El caos organizativo provocó que unas 2.000 personas protestaran a las puertas del recinto después de que, tras completarse el aforo de las instalaciones, se quedaran fuera del Bella Center, tras ocho horas de espera y a temperaturas próximas a los cero grados.
Los organizadores admitieron que se sentían completamente desbordados y que el acceso a los recintos en los últimos días de la cumbre, coincidiendo con la presencia de los líderes mundiales, sufriría serias restricciones, tanto para la entrada de ONG como para la circulación de los periodistas en el interior.
-EFE-
El bloque africano abandonó hoy las negociaciones tras denunciar que los países industrializados están intentando "matar" el Protocolo de Kioto al intentar sellar un acuerdo más amplio que incluya compromisos vinculantes de reducción de emisiones contaminantes de las naciones emergentes.
La presidencia danesa dedicó la mañana a reunirse con los grupos regionales de la cumbre, ante la llegada de cerca de unos cincuenta ministros de Medio Ambiente, algo que molestó a bloques como el africano, porque implicaba cancelar las sesiones plenarias.
El presidente del grupo, el delegado argelino Kamel Djemouai, denunció que la presidencia danesa trate de forma separada y mezclada elementos contenidos en las dos vías de negociación, la de Kioto y la de la Convención Marco de la ONU, con el propósito de vaciarlas de contenido.
"Si aceptamos esta situación, firmaremos la muerte de Kioto, el único documento legalmente vinculante que existe", afirmó Djemouai.
La retirada africana era minimizada por el secretario ejecutivo de la conferencia, Yvo de Boer, quien dijo que la presidenta de la conferencia, la danesa Connie Hedegaard, había dedicado la mañana a coordinar la agenda de la conferencia con los distintos grupos.
Además, sendas ruedas de prensa de las delegaciones de EEUU y China, los dos países más contaminantes del Planeta, previstas para hoy fueron canceladas sin motivo, además de otros encuentros con los medios.
El tono de las negociaciones se recrudeció la semana pasada, ante la negativa de los países emergentes a sellar acuerdos vinculantes -a los que según el Protocolo de Kioto sólo están obligados los países ricos- pero la presentación de dos borradores de trabajo pareció haber calmado algo los ánimos.
Las delegaciones de China y EEUU se enzarzaron en su particular guerra interna, al reclamar el uno del otro mayores compromisos medioambientales, mientras que los Países Menos Desarrollados, se unieron a la petición de las naciones ricas de que también los emergentes se comprometan de forma vinculante.
De Boer insistió hoy, sin embargo, en que la cumbre "no se ha suspendido" y anunció que la presidencia había abierto consultas informales de "final abierto" para acordar los "temas clave" del documento final.
Las 192 delegaciones buscan sellar un acuerdo internacional de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) por parte de los países ricos, que sustituya al protocolo de Kioto, una vez éste expire en 2012, y que fije los fondos necesarios para que los países en vías de desarrollo hagan frente al cambio climático.
La cumbre de la ONU se vio colapsada, a escala organizativa, desde primeras horas de la mañana, tras la avalancha de nuevos asistentes que ha supuesto para la cita danesa la llegada de unos cincuenta ministros de Medio Ambiente.
La organización comunicó que se han acreditado más de 43.000 personas para la cumbre, de las que se habían emitido hasta hoy unas 22.000 acreditaciones.
Por cuestiones de seguridad, el Bella Center, sede de la conferencia, sólo puede acoger a unas 15.000 personas, pero hoy se contabilizaron ya 20.000 pases en la entrada de los recintos, según un portavoz de la ONU.
La organización comunicó el sábado que a partir de mañana se limitará el acceso a las ONG, previo al tramo de "alto nivel" de la cumbre que congregará a 110 jefes de Estado y de Gobierno.
El caos organizativo provocó que unas 2.000 personas protestaran a las puertas del recinto después de que, tras completarse el aforo de las instalaciones, se quedaran fuera del Bella Center, tras ocho horas de espera y a temperaturas próximas a los cero grados.
Los organizadores admitieron que se sentían completamente desbordados y que el acceso a los recintos en los últimos días de la cumbre, coincidiendo con la presencia de los líderes mundiales, sufriría serias restricciones, tanto para la entrada de ONG como para la circulación de los periodistas en el interior.
-EFE-
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