La jornada de hoy se caracterizó por la suspensión de diversos actos de la agenda, así como por el bloqueo al acceso a los recintos de muchos participantes.
El caos fue hoy la nota dominante de la Cumbre sobre el Cambio Climático de Copenhague, tanto en su interior por la suspensión de diversos actos de la agenda, como por el bloqueo al acceso a los recintos de muchos participantes.
Un mal presagio de la jornada fueron los contactos entre los grupos de trabajo, en lugar de la sesión plenaria, en los que los países africanos rechazaron participar ante el temor de que se excluya el Protocolo de Kioto de las negociaciones en marcha.
Los africanos arremetieron contra las naciones desarrolladas y la presidencia danesa por querer encauzar el debate al margen de este documento, que regula la reducción de los gases de efecto invernadero para 37 países hasta 2012 y que debe ser sustituido por un nuevo acuerdo en Copenhague.
Un tibio desmentido del secretario ejecutivo de la cumbre, Yvo de Boer, sobre el abandono de los africanos no sirvió para despejar los nubarrones que se cernían sobre las conversaciones con el mar de fondo de un duro enfrentamiento entre países ricos y pobres bajo la consigna de que "quien contamina paga".
De Boer comunicó que la presidenta de la cumbre, la danesa Connie Hedegaard, había establecido contacto con los diversos grupos de trabajo en un claro intento de salvar del naufragio esta reunión, que ya comenzó con unas bajas expectativas de obtener un documento vinculante que regule las emisiones de gases contaminantes.
Poco después, las delegaciones de China y EEUU, los países más contaminantes del Planeta y por tanto con fuerte protagonismo en Copenhague, suspendían sendas ruedas de prensa para explicar sus posturas.
A continuación, la Unión Europea también cancelaba su cita diaria con la prensa sin mencionar el motivo.
Al final, se reanudó la sesión plenaria que había sido suspendida el sábado para dar paso a consultas informales entre los recién llegados ministros de Medio Ambiente y otros altos cargos de los 192 países participantes
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, presidente de turno de la UE, comentaba hoy desde Estocolmo que la responsabilidad máxima de las negociaciones descansa en China y EEUU e instó a estos dos países a dar el próximo paso para desbloquear el proceso.
Indicó que de no lograr un acuerdo para limitar el aumento de la temperatura media de la Tierra a 2 grados frente a la era preindustrial, como prevé un borrador que circula en la cumbre, exigirá que continúen los debates después de Copenhague.
Tampoco se pudo celebrar a la hora y el lugar previsto la entrega de unas 70.000 firmas por la ONG española Intermón Oxfam a un representante español cerca del palacio de congresos Bella Center, donde se desarrolla la conferencia del 7 al 18 de diciembre, porque algunos asistentes no llegaron a tiempo a la cita.
De hecho, varios miles de personas fracasaron hoy en su intento de entrar a este centro, tras ser rechazados por los organizadores por un exceso de aforo, que es oficialmente de 15.000 personas.
Hacia el mediodía habían pasado los controles de acceso unas 20.000 personas de las 43.000 solicitudes registradas oficialmente, según un portavoz de la ONU.
Miembros de ONGs y de otras instituciones de la sociedad civil, representantes de delegaciones, investigadores, directivos de empresas y periodistas de diversos países aguantaron hasta ocho horas a la intemperie para poder recoger su acreditación.
Muchos de los solicitantes abandonaron antes de acceder al recinto ante la falta de información por parte de los funcionarios de Naciones Unidas sobre su situación y el posible bloqueo de nuevas acreditaciones.
A pesar del desánimo y el enfado que se reflejaba en las caras ateridas por el frío de los que esperaban, sólo algún grupo rompió el silencio en varias ocasiones para pedir a gritos "Let us in" (Dejadnos entrar).
Fuentes de la ONU anunciaron que en los últimos días de la conferencia, cuando son esperados más de 110 jefes de Estado y de Gobierno para tratar de forjar un acuerdo sobre la reducción de los gases de efecto invernadero, habrá aún más restricciones para las ONGs y los medios de comunicación.
-EFE-
Un mal presagio de la jornada fueron los contactos entre los grupos de trabajo, en lugar de la sesión plenaria, en los que los países africanos rechazaron participar ante el temor de que se excluya el Protocolo de Kioto de las negociaciones en marcha.
Los africanos arremetieron contra las naciones desarrolladas y la presidencia danesa por querer encauzar el debate al margen de este documento, que regula la reducción de los gases de efecto invernadero para 37 países hasta 2012 y que debe ser sustituido por un nuevo acuerdo en Copenhague.
Un tibio desmentido del secretario ejecutivo de la cumbre, Yvo de Boer, sobre el abandono de los africanos no sirvió para despejar los nubarrones que se cernían sobre las conversaciones con el mar de fondo de un duro enfrentamiento entre países ricos y pobres bajo la consigna de que "quien contamina paga".
De Boer comunicó que la presidenta de la cumbre, la danesa Connie Hedegaard, había establecido contacto con los diversos grupos de trabajo en un claro intento de salvar del naufragio esta reunión, que ya comenzó con unas bajas expectativas de obtener un documento vinculante que regule las emisiones de gases contaminantes.
Poco después, las delegaciones de China y EEUU, los países más contaminantes del Planeta y por tanto con fuerte protagonismo en Copenhague, suspendían sendas ruedas de prensa para explicar sus posturas.
A continuación, la Unión Europea también cancelaba su cita diaria con la prensa sin mencionar el motivo.
Al final, se reanudó la sesión plenaria que había sido suspendida el sábado para dar paso a consultas informales entre los recién llegados ministros de Medio Ambiente y otros altos cargos de los 192 países participantes
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, presidente de turno de la UE, comentaba hoy desde Estocolmo que la responsabilidad máxima de las negociaciones descansa en China y EEUU e instó a estos dos países a dar el próximo paso para desbloquear el proceso.
Indicó que de no lograr un acuerdo para limitar el aumento de la temperatura media de la Tierra a 2 grados frente a la era preindustrial, como prevé un borrador que circula en la cumbre, exigirá que continúen los debates después de Copenhague.
Tampoco se pudo celebrar a la hora y el lugar previsto la entrega de unas 70.000 firmas por la ONG española Intermón Oxfam a un representante español cerca del palacio de congresos Bella Center, donde se desarrolla la conferencia del 7 al 18 de diciembre, porque algunos asistentes no llegaron a tiempo a la cita.
De hecho, varios miles de personas fracasaron hoy en su intento de entrar a este centro, tras ser rechazados por los organizadores por un exceso de aforo, que es oficialmente de 15.000 personas.
Hacia el mediodía habían pasado los controles de acceso unas 20.000 personas de las 43.000 solicitudes registradas oficialmente, según un portavoz de la ONU.
Miembros de ONGs y de otras instituciones de la sociedad civil, representantes de delegaciones, investigadores, directivos de empresas y periodistas de diversos países aguantaron hasta ocho horas a la intemperie para poder recoger su acreditación.
Muchos de los solicitantes abandonaron antes de acceder al recinto ante la falta de información por parte de los funcionarios de Naciones Unidas sobre su situación y el posible bloqueo de nuevas acreditaciones.
A pesar del desánimo y el enfado que se reflejaba en las caras ateridas por el frío de los que esperaban, sólo algún grupo rompió el silencio en varias ocasiones para pedir a gritos "Let us in" (Dejadnos entrar).
Fuentes de la ONU anunciaron que en los últimos días de la conferencia, cuando son esperados más de 110 jefes de Estado y de Gobierno para tratar de forjar un acuerdo sobre la reducción de los gases de efecto invernadero, habrá aún más restricciones para las ONGs y los medios de comunicación.
-EFE-
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