El maíz es el secreto de la resistencia laboral de Evo Morales

El presidente de Bolivia, Evo Morales, reveló que alimentarse con maíz es el secreto de su resistencia a las prolongadas jornadas laborales que tiene, de entre 18 y 20 horas diarias, en una entrevista publicada hoy por el diario estatal Cambio.

"El maíz es el mejor alimento, hay que aprovecharlo, sea en tortillas, en mote (maíz cocido), en tostado (maíz tostado), en lagua de jankakipa (sopa espesa de maíz), que me encanta. Esa es mi alimentación", dijo Morales al rotativo.

El gobernante aimara, que tiene 50 años, siempre ha sorprendido a propios y extraños al iniciar su trabajo en la madrugada y acabarlo muchas veces cerca de la medianoche, incluso tras realizar varios viajes a diario y sin descansar haciendo discursos donde llega.

Atribuyó a su condición de campesino su facilidad para madrugar y comenzar a trabajar antes de que salga el sol y terminar muy tarde, una experiencia que ha trasladado al Palacio de Gobierno de La Paz.

"¿Por qué aguanto? No es porque como bien o mal. Cuando era niño no me faltaba maíz, ya sea mote, tostado o lagua de maíz. Un poco de charque (carne deshidratada), un poco de queso. Por supuesto, tostado de trigo, papa (..). La mayoría de mi comida es de maíz", subrayó Morales.

Recordó que su padre solía decir que puede vestirse mal pero nunca andar con el "estómago vacío", y detalló en la entrevista las diversas comidas que le gusta saborear en cada región de Bolivia.

También comentó que, por ser soltero, ha tenido que cocinar sus propios alimentos cuando trabajaba en el campo y apuntó que una de las veces en que pensó casarse ha sido cuando precisamente cocinaba cebollas y "lloraba".

"En algún momento había pensado: quiero casarme. Por culpa de la cebolla quería casarme, porque cuando pico la cebolla me hace llorar", relató.

Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, que gobiernan Bolivia desde el 2006, se han mantenido solteros y jurarán el próximo 22 de enero para asumir un nuevo periodo de Gobierno hasta enero de 2015.

EFE