Más de 100 clientes fueron expuestos a dos peluqueras asintomáticas que dieron positivo en la prueba de COVID-19, pero que los atendieron utilizando mascarillas.
139 clientes se atendieron con dos peluqueras con coronavirus pero sin síntomas no se contagiaron de la COVID-19, ya que ambos utilizaron mascarillas durante todo el proceso. Ninguno de los clientes expuestos desarrolló síntomas y alrededor de 67 se realizaron una prueba que resultó negativa.
Este estudio publicado en Estados Unidos, en el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, demuestra que las mascarillas evitan la propagación de la COVID-19, aunque los científicos no descartan que otros factores hayan contribuido.
La investigación analizó a dos empleadas de una peluquería ubicada en Springfield, Misuri, quienes se contrajeron la COVID-19 en el mes de mayo. A pesar de tener el virus continuaron trabajando con mascarillas, que eran parte del nuevo protocolo tomado por la empresa.
No fue hasta el 12 de mayo que una de las peluqueras presentó síntomas de una enfermedad respiratoria, sin embargo, continuó trabajando hasta ser evaluada 8 días después. Su prueba dio positivo por coronavirus, por lo que su compañera no tardó en enfermarse también. Al igual que su colega, trabajó por una semana sin síntomas.
Durante ese periodo de tiempo, ambas mantuvieron contacto con al menos 139 clientes, a quienes atendieron por lapsos de entre 15 y 45 minutos, por lo que posteriormente se tomó contacto con los clientes para pedirles que se mantuvieran en aislamiento por 14 días. Al término de este periodo se supo que ninguno desarrolló la enfermedad.
“Tanto las medidas impuestas por el Gobierno municipal como por la propia empresa fueron probablemente factores importantes a la hora de prevenir la expansión del SARS-CoV-2 durante estas interacción entre clientes y peluqueras”, explican los investigadores.
“Estos resultados apoyan el uso de mascarillas en lugares abiertos al público, especialmente cuando la distancia social no es posible”, agregaron.
Los clientes que fueron analizados en esta investigaciones tienen edades de entre 21 y 93 años, siendo la mayoría de ellos hombres. El 98,1% de ellos manifestaron haber llevado mascarillas durante todo el tiempo que duró su atención en el local.
El 48,2% de los clientes investigados aceptó realizarse una prueba de COVID-19, aún sin presentar síntomas, y todos dieron negativo. Los investigadores creen que otros factores pudieron haber influido, como el uso de guantes, la reducción de clientes en un mismo espacio, entre otros aparte de las mascarillas.
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