Gobierno nipón exigió detener todos sus reactores debido al elevado riesgo sísmico en la zona donde está la planta, a 200 kilómetros al sur de Tokio.
La central nuclear de Hamaoka, considerada una de las más peligrosas de Japón, será finalmente paralizada, lo que supone una muestra de la adopción por parte del Gobierno nipón de una política atómica más concienciada con la seguridad tras la grave crisis de Fukushima.
La decisión la comunicó hoy a regañadientes la empresa operadora, Chubu Electric, después de que el Gobierno nipón le exigiera el viernes detener todos sus reactores debido al elevado riesgo sísmico en la zona donde está la planta, a 200 kilómetros al sur de Tokio.
Pese a su impacto en el suministro eléctrico para un país que tiene paralizados 32 reactores nucleares desde el grave terremoto del 11 de marzo, el Gobierno ha decidido extremar las precauciones con la grave crisis de Fukushima aún abierta.
La paralización de Hamaoka, que se hará efectiva dentro de unos días, es una decisión sin precedentes tras el desastre de hace casi dos meses.
El presidente de Chubu Electric, Akihisa Mizuno, dijo hoy que la parada de la central responde a la necesidad de priorizar el bienestar de la población local y de recuperar la confianza de la sociedad en la energía nuclear.
El viernes, el primer ministro, Naoto Kan, pidió a la eléctrica que detuviese los dos reactores activos de Hamaoka, que se encuentran en una zona de la costa del Pacífico con un 87 por ciento de probabilidades de sufrir un terremoto de 8 grados Richter en los próximos 30 años, según el Gobierno.
Para mejorar la seguridad de la planta la Administración pidió, por ejemplo, construir diques de seguridad para afrontar un tsunami de grandes dimensiones.
Esto es algo que se calcula puede tardar hasta dos años en implementar, lo que añade dudas sobre el suministro energético en la región del centro de Japón donde se encuentra la planta.
La zona, unos 200 kilómetros al suroeste de Tokio, es un importante núcleo industrial en Japón y acoge fábricas de compañías como Toyota o Suzuki, que tienen sus sedes en el área que surte la planta.
De momento, la paralización va a suponer unos 3,6 millones de kilovatios menos durante el caluroso y húmedo verano, según la agencia local Kyodo.
Eso deja a Chubu Electric con un volumen de producción muy ajustado para satisfacer la demanda estimada para esta estación, la que más preocupa por el consumo masivo de aire acondicionado, que la compañía considera aumenta en 800.000 kilovatios cada vez que sube un grado el termómetro.
La solución seguramente será potenciar la producción en sus diez plantas térmicas, capaces de producir de manera combinada unos 24 millones de kilovatios.
De hecho, el presidente de Chubu Electric, viajó a Qatar el sábado para adquirir gas natural licuado que alimente estas instalaciones.
La decisión de parar Hamaoka satisface a quienes se oponen a la energía nuclear en todo el mundo, aunque el Ejecutivo de Kan asegura que mantiene su apuesta por esa fuente de energía, que no pedirá paralizar más reactores y que no existe preocupación especial por el resto de centrales.
En los próximos días Japón tendrá operativos solo 20 de los 54 reactores de que dispone, al restar once que se desconectaron por el terremoto, 21 que estaban en revisión y los dos de Hamaoka.
Entretanto, los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO), la propietaria de la maltrecha central de Fukushima Daiichi, están cada vez más cerca de comenzar a reparar la refrigeración dentro de la unidad 1.
TEPCO dijo que las mediciones de radiación realizadas hoy de madrugada en el interior del edificio del reactor alcanzan un máximo de 700 milisieverts por hora.
La eléctrica cree que esto no impide los avances para enfriar el reactor, ya que las zonas a las que necesitan acceder los ingenieros presentan niveles de entre 10 y 70 milisieverts por hora y además está planeado blindar el interior del recinto con placas de plomo o mediante la construcción de un túnel metálico.
Después de que entren los técnicos a reparar la refrigeración, la idea es llenar en los próximos 20 días con 7.400 toneladas de agua el reactor para enfriarlo, con la meta de llevar a todas las unidades de la planta a una "parada fría" en un plazo entre seis y nueve meses. EFE
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