Levi Aron concedió su primera entrevista desde su detención. Se encuentra recluido en la prisión de Rikers Island en Nueva York por haber matado y descuartizado hace un mes a un niño judío ortodoxo.
El hombre que confesó haber matado y descuartizado hace un mes a un niño judío ortodoxo en Nueva York asegura que le "duele mucho hablar de ello", en una entrevista que publicó hoy el diario Daily News.
Levi Aron, que concedió su primera entrevista desde su detención el pasado 13 de julio desde la prisión de Rikers Island, se refirió al asesinato como "el incidente", y aseguró que le cuesta hablar del día en que supuestamente mató a Leiby Kletzky, de ocho años.
El acusado respondió en repetidas ocasiones "no lo sé" a preguntas sobre qué hizo y por qué, aunque dijo sobre Kletzky que este "tenía un aspecto familiar". "Pensé que lo conocía", señaló al periódico.
Aron, judío al igual que la víctima, está acusado de asesinato en primer y segundo grado y secuestro, delitos por los que, de ser hallado culpable, se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua.
"No sé lo que pasó. Me entró el pánico", afirmó el detenido, que no mencionó en ningún momento el nombre del niño y según el diario tenía los ojos húmedos y parpadeaba constantemente.
Aron se mantuvo en silencio y solamente asintió con la cabeza en una ocasión ante las reiteradas preguntas acerca de si quería pedir perdón, siempre según el rotativo.
El diario explicó que parecía avergonzado e incómodo cuando le preguntaban sobre el niño, y que remarcó en varias ocasiones que Leiby durmió en el salón y no en su dormitorio.
"A veces oigo voces"
Mientras mantenía al niño secuestrado, acudió a una boda en la localidad de Monsey, al norte de Nueva York, y en la entrevista aseguró que intentó que Leiby entrara a la boda, pero el niño no quiso.
"No quería venir, así que dejé que se quedara en el coche con las ventanas bajadas", dijo Aron, que habló con normalidad de asuntos triviales, pero callaba cuando le preguntaban sobre el asesinato, según Daily News.
"A veces oigo voces", dijo, aunque no puntualizó qué le dicen esas voces, y ante la pregunta de si preferiría no haber conocido a Leiby, contestó "en ocasiones".
En el momento de su detención, los agentes de la policía neoyorquina encontraron en su apartamento parte de los restos del cadáver descuartizado del niño, que llevaba dos días en paradero desconocido, junto a varios cuchillos ensangrentados.
Los investigadores, que por el momento no han encontrado indicios de abuso sexual, localizaron después en un contenedor de basura del barrio de Sunset Park, a unos cuatro kilómetros de la vivienda del sospechoso, una maleta con restos humanos envueltos en bolsas de plástico.
EFE
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