La NASA considera que la alerta se ha podido deber a un sensor defectuoso o a un fallo informático.
La agencia espacial estadounidense NASA no cree que se haya producido una filtración de amoniaco tóxico en el módulo estadounidense de la Estación Espacial Internacional (EEI), aunque investiga la "anomalía" y la tripulación sigue por precaución en la zona rusa.
En una entrevista, Mike Suffredini, uno de los responsables de la misión de la EEI en la NASA, explicó que se está investigando la alerta que se produjo hoy a las 08.44 GMT y que hizo sospechar de una filtración de amoniaco, material tóxico utilizado por el sistema de refrigeración.
Los astronautas Barry Wilmore y Terry Virts, y la italiana Samantha Cristoforetti, que forman la actual tripulación de la EEI junto con sus colegas rusos Alexandr Samokutiáyev, Yelena Serova y Antón Schkáplerov, se vieron obligados a evacuar su módulo y refugiarse en zona rusa, sellada por precaución.
Según Suffredini, el centro de control de Houston (Texas) detectó una alerta de fallo en el sistema de refrigeración y un incremento de la presión en la zona habitable de la EEI, consistente con una filtración de amoniaco.
No obstante, los datos de telemetría y la tripulación han confirmado que no se ha producido la temida filtración, aunque por precaución los estadounidense siguen recluidos en la zona rusa, con las esclusas cerradas, mientras verifican las mediciones.
Los seis astronautas de la Estación intentaron tomar pruebas de la atmósfera del segmento estadounidense con la ayuda de aparatos especiales y máscaras de oxígeno, pero se vieron obligados a refugiarse de nuevo en la zona rusa por datos contradictorios.
La NASA considera que la alerta se ha podido deber a un sensor defectuoso o a un fallo informático.
Los responsables del centro de mando de Houston creen que los astronautas estadounidenses podrán regresar a su módulo, donde estaban realizando experimentos científicos, antes de que finalice el día.
Rusia y Estados Unidos siguen cooperando en la explotación de la EEI a pesar del clima de tensión que reina entre los dos países el último año a raíz del conflicto de Ucrania y las sanciones occidentales impuestas a Moscú.
Sin embargo, aunque Roscosmos, la NASA, la Agencia Espacial Europea y el resto de países involucrados en el proyecto han acordado que la EEI funcione hasta 2020, Rusia no se ha comprometido a prolongar el uso de la plataforma orbital después de esa fecha, como propone Estados Unidos.
La EEI, que ha cumplido 16 años de vida, está integrada por 11 módulos, además de placas solares y otros equipos robóticos, y acoge a una tripulación de seis personas de manera permanente desde 2009.
Desde la jubilación en 2011 de los transbordadores estadounidenses, las naves rusas Soyuz son el único medio de transporte para los astronautas en sus viajes entre la Tierra y el puerto espacial.
EFE
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