Así lo destacó la CEPAL al sostener que de esta manera la región puede solicitar que los países emergentes eliminen el esquema de que Latinoamérica sólo necesita ayuda humanitaria.
Latinoamérica está "en el buen camino" para cumplir los Objetivos del Milenio (ODM) de la ONU para 2015, pero no podrá completarlos si no supera dos asignaturas pendientes: la revisión de su sistema fiscal y el aumento de la inversión, dijo la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
La máxima representante de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) declaró a Efe que los dirigentes latinoamericanos desempeñarán "un papel muy importante" en la cumbre que la ONU celebrará del 20 al 22 de septiembre en Nueva York, para revisar el nivel de cumplimiento de los ODM.
"Los líderes de Latinoamérica podrán decir: nosotros hemos hecho nuestra tarea, pero necesitamos un mejor pacto global para que la región pueda insertarse en mejores condiciones", aseguró Bárcena, que hoy presentó en Washington un informe de la CEPAL sobre el cumplimiento de esas metas en la región.
Según Bárcena, la región ha cumplido "el 86 por ciento" de las metas planteadas por Naciones Unidas en 2001, lo que la sitúa en una buena posición para pedir a los países emergentes "que redefinan los patrones de comercio con la región" y eliminen "el esquema de que Latinoamérica sólo necesita ayuda humanitaria".
En esa misión, la máxima dirigente de la CEPAL señaló como baza principal a los presidentes de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, de México, Felipe Calderón, y de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, cuyos países están integrados en el G-20.
"Ellos son los más indicados para exigir un fin a las disparidades en cooperación internacional o las asimetrías del sistema financiero", indicó Bárcenas.
Pero para la región, que ha logrado disminuir su índice de pobreza extrema desde el 22,5% registrado en 1990 al 13,7% de 2009 y tiene, por tanto, logros concretos que poner sobre la mesa, el trabajo pendiente para 2015 no sólo depende de los actores externos.
"Al final, todo pasa por preguntarse cómo financiamos el desarrollo. Y es hora de aceptar que el gran desafío en nuestra región es que nuestros países no tributan bien", explicó Bárcena.
El promedio de la tasa tributaria en Latinoamérica es del 18 por ciento, y sus extremos son "el 35 por ciento de Brasil y el 10 por ciento de Guatemala", el primero aquejado por una "deficiente estructura impositiva, basada en impuestos indirectos", y el segundo por un problema "integral".
"Si un país tiene una recaudación del 10 por ciento, es imposible pedirle un gasto social del 16 por ciento", apuntó la secretaria general, para quien la receta óptima es "eliminar la evasión" y "disminuir las exenciones".
En el caso de los países de renta más baja, señaló la necesidad de avanzar en la búsqueda de "mecanismos innovadores de financiación", como los que persigue la misión de Francia ante la ONU, y que busca "que los ganadores de la globalización financien a los perdedores".
Además, afirmó que la región presenta una "preocupante tendencia a la "reprimarización"", es decir, el regreso a las estructuras basadas en las materias primas, que "dañan su competitividad en el mercado de comercio internacional".
Ante este reto, Bárcena opinó que los "royalties", impuestos a la extracción de recursos naturales no renovables, pueden ser una solución "para devolver a las próximas generaciones la riqueza que se está escapando".
Para Bárcena, una de las grandes claves es reorientar la inversión "del mero gasto corriente a las áreas que fomentarán la productividad futura", como la ciencia, la tecnología, la investigación o la mecanización agrícola.
EFE
La máxima representante de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) declaró a Efe que los dirigentes latinoamericanos desempeñarán "un papel muy importante" en la cumbre que la ONU celebrará del 20 al 22 de septiembre en Nueva York, para revisar el nivel de cumplimiento de los ODM.
"Los líderes de Latinoamérica podrán decir: nosotros hemos hecho nuestra tarea, pero necesitamos un mejor pacto global para que la región pueda insertarse en mejores condiciones", aseguró Bárcena, que hoy presentó en Washington un informe de la CEPAL sobre el cumplimiento de esas metas en la región.
Según Bárcena, la región ha cumplido "el 86 por ciento" de las metas planteadas por Naciones Unidas en 2001, lo que la sitúa en una buena posición para pedir a los países emergentes "que redefinan los patrones de comercio con la región" y eliminen "el esquema de que Latinoamérica sólo necesita ayuda humanitaria".
En esa misión, la máxima dirigente de la CEPAL señaló como baza principal a los presidentes de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, de México, Felipe Calderón, y de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, cuyos países están integrados en el G-20.
"Ellos son los más indicados para exigir un fin a las disparidades en cooperación internacional o las asimetrías del sistema financiero", indicó Bárcenas.
Pero para la región, que ha logrado disminuir su índice de pobreza extrema desde el 22,5% registrado en 1990 al 13,7% de 2009 y tiene, por tanto, logros concretos que poner sobre la mesa, el trabajo pendiente para 2015 no sólo depende de los actores externos.
"Al final, todo pasa por preguntarse cómo financiamos el desarrollo. Y es hora de aceptar que el gran desafío en nuestra región es que nuestros países no tributan bien", explicó Bárcena.
El promedio de la tasa tributaria en Latinoamérica es del 18 por ciento, y sus extremos son "el 35 por ciento de Brasil y el 10 por ciento de Guatemala", el primero aquejado por una "deficiente estructura impositiva, basada en impuestos indirectos", y el segundo por un problema "integral".
"Si un país tiene una recaudación del 10 por ciento, es imposible pedirle un gasto social del 16 por ciento", apuntó la secretaria general, para quien la receta óptima es "eliminar la evasión" y "disminuir las exenciones".
En el caso de los países de renta más baja, señaló la necesidad de avanzar en la búsqueda de "mecanismos innovadores de financiación", como los que persigue la misión de Francia ante la ONU, y que busca "que los ganadores de la globalización financien a los perdedores".
Además, afirmó que la región presenta una "preocupante tendencia a la "reprimarización"", es decir, el regreso a las estructuras basadas en las materias primas, que "dañan su competitividad en el mercado de comercio internacional".
Ante este reto, Bárcena opinó que los "royalties", impuestos a la extracción de recursos naturales no renovables, pueden ser una solución "para devolver a las próximas generaciones la riqueza que se está escapando".
Para Bárcena, una de las grandes claves es reorientar la inversión "del mero gasto corriente a las áreas que fomentarán la productividad futura", como la ciencia, la tecnología, la investigación o la mecanización agrícola.
EFE
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