La escocesa Pauline Cafferkey, de 39 años, será trasladada a un hospital de Glasgow (Escocia), donde continuará su recuperación.
La enfermera británica contagiada con ébola que estuvo en estado crítico en octubre pasado abandonó este miércoles la unidad de aislamiento del Royal Free Hospital de Londres.
La escocesa Pauline Cafferkey, de 39 años, será trasladada a un hospital de Glasgow (Escocia), donde continuará su recuperación, según informó el céntrico médico londinense.
"Estoy eternamente agradecida por los increíbles cuidados que he recibido", dijo en un comunicado la enfermera, que aparentemente había superado la enfermedad tras contraerla en diciembre de 2014 pero que volvió a sufrir complicaciones que la llevaron a ser ingresada de nuevo el pasado 9 de octubre.
"Por segunda vez, el personal de diversos departamentos del Royal Free Hospital ha trabajado muy duro para contribuir a mi recuperación. Siempre les estaré agradecida, a ellos y al sistema público de salud", afirmó Cafferkey.
La enfermera contrajo el ébola cuando trabajaba en Sierra Leona con la organización humanitaria "Save the Children" para tratar de contener el brote de la enfermedad que afectó al África occidental.
Cafferkey fue dada de alta en aquella ocasión tras haber recibido un tratamiento experimental con plasma sanguíneo de otro enfermo británico, el también enfermero Will Pooley.
Los protocolos en vigor en el Reino Unido establecen que cualquier persona diagnosticada con ébola debe ser trasladada lo antes posible a la unidad de aislamiento preparada en el hospital londinense.
El pasado octubre, la enfermera acudió al médico en Glasgow con síntomas que el doctor interpretó como un virus convencional.
Días después, las autoridades sanitarias confirmaron que la enfermera padecía una meningitis causada por una complicación del ébola, cuyo virus seguía presente en su organismo, y la trasladaron de urgencia a Londres en un avión militar.
EFE
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