El sumo pontífice, en silla de ruedas y convaleciente, visitó la basílica para observar la restauración de la zona de Cátedra y rezar ante la tumba de Pío X, sorprendiendo a peregrinos y restauradores con su atuendo informal.
El papa Francisco protagonizó este jueves un emotivo momento al aparecer por sorpresa en la basílica de San Pedro, en Roma, vistiendo una camiseta blanca, pantalones oscuros y un poncho, un atuendo inusual que contrastó con su tradicional hábito papal.
En silla de ruedas y con cánulas nasales para el oxígeno, el pontífice recorrió el templo para supervisar las obras de restauración de la zona de Cátedra y rezar ante la tumba de Pío X, en un gesto que conmovió a un centenar de fieles presentes.
La llegada del papa, alrededor de las 13:00 hora local (08:00 hora en Perú), ocurrió mientras continúa su recuperación tras 38 días ingresado por una grave infección respiratoria. Ingresó por la Puerta de la Oración, cercana a la Casa Santa Marta, donde pasa su convalecencia desde su alta el 23 de marzo.
El papa Francisco también llevaba una manta sobre las piernas para el frío, completando una imagen que contrasta con la solemne que suele proyectar. Además, ir en la silla que era empujada por su asistente sanitario, Massimiliano Strappetti, resaltó su fragilidad y humanidad, generando una conexión inmediata con los fieles.
Su presencia, fuera de cualquier agenda oficial, se suma a otras apariciones sorpresa recientes, como la del pasado domingo al final de la misa del Jubileo de los enfermos y la visita imprevista de los reyes británicos Carlos III y Camila el miércoles en su residencia.
"Demasiada emoción" por el papa Francisco
En la basílica, Francisco bendijo a niños y peregrinos que viajaron a Roma por el Jubileo, un evento que ha incrementado la afluencia de visitantes al templo.
“Demasiada emoción, mi visión se nubló por las lágrimas y ni siquiera pude tomar una foto”, relató monseñor Valerio Di Palma, canónigo de San Pedro, a los medios vaticanos.
“Nos conmovió verlo así, de civil, sencillo. Todos lloraban, incluso los de seguridad”, agregó, destacando la alegría de los presentes al verlo recuperado.
El propósito principal de la visita fue observar los avances en la restauración de la zona de Cátedra, que será presentada a la prensa este viernes.
Francisco se detuvo con dos restauradores, a quienes elogió por su trabajo, y preguntó cómo se vive la basílica en estos días de gran concurrencia por el Jubileo, según informó la agencia italiana Ansa. Los trabajadores se mostraron entusiasmados por el encuentro inesperado con el pontífice.
Posteriormente, el papa rezó durante menos de diez minutos ante la tumba de Pío X, un pontífice al que ha expresado cercanía y frente al que ya había orado el domingo anterior, según Vatican News.
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