La lista de cargos en contra de Earl Bradley asciende a 471, entre los cuales figuran violación, explotación sexual de un niño, contacto sexual ilegal, abusos continuados.
La fiscalía de Delaware no cesa de añadir cargos relacionados con el abuso sexual de menores contra Earl Bradley, un pediatra que se cree que habría violado a 103 menores desde 1998.
En total, la lista de cargos en su contra asciende a 471, entre los cuales figuran violación, explotación sexual de un niño, contacto sexual ilegal, abusos continuados.
Según informa el portal de el mundo.es, la fiscalía envió cartas a más de 3.100 víctimas potenciales de Bradley informándoles del proceso, e instándoles a denunciar cualquier abuso que del que hayan podido ser víctimas.
Incluso se ha abierto una oficina en Milford, el pueblo donde ejercía, para gestionar las nuevas posibles nuevas acusaciones.
Según indicó el Fiscal General de Delaware, Beau Biden, la policía incautó hasta 13 horas de vídeos en las que Bradley abusa de decenas de niñas, y también de un niño. Con ser declarado culpable de una sola violación, el pediatra se enfrentaría a una probable condena de cadena perpetua.
"Los cargos en este procesamiento son únicos en la historia del estado de Delaware", declaró Biden quien afirmó que la investigación intentará aclarar cómo es posible que el médico pudiera merodear en la comunidad durante tanto tiempo.
Bradley fue arrestado en diciembre, y en un primer momento, se le acusó de 29 cargos por el abuso de nueve menores, pero al descubrir las cintas de vídeo, los cargos se multiplicaron. Algunas de las víctimas fueron abusadas de forma repetida, a veces en días consecutivos. En el caso de una niña, el pediatra la violó hasta doce veces durante un año.
La detención de Bradley se produjo después de que una niña de dos años dijera a sus padres que el doctor le había hecho daño cuando se la llevó al sótano después de un examen médico.
Sin embargo, desde hacía años padres y colegas del doctor se habían interrogado sobre sus extraños comportamientos. Y de hecho, en el 2005, fue investigado por la policía, pero no se encontraron pruebas concluyentes, por lo que cerró su oficina de Milford, y se trasladó a otra localidad del estado.
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