Los peruanos están instalados en las carpas azules montadas por la Protección Civil en la Plaza de Armas, mientras continúan las labores de rescate.
"Forza Bambini" (Fuerza niños), es el mensaje que un menor italiano envió, a través de un dibujo con corazones, a sus pares peruanos que habitan en la golpeada localidad de L"Aquila (Italia), donde se registró el epicentro del reciente terremoto de 6.3 grados en la escala de Richter.
Los peruanos tratan de poner su mejor cara a la tragedia ocasionada por la naturaleza, a pesar de ésta cobró la vida de la compatriota, Roberta de la Cruz Vilca, de 57 años.
Ésta vez fuera de su país natal, más de 50 connacionales que viven en la montañosa ciudad de L"Aquila, intentan enfrentar en unidad, los efectos del devastador terremoto que los obligó a huir de sus hogares.
"Aquí en L"Aquila sólo hay dos peruanos que tenían casa propia y ahora están destruidas. Sus familiares no saben si el gobierno italiano les restituirá sus viviendas y por otro lado, los demás que viven en cuartos alquilados no saben como quedará su situación", manifestó Jairo Vega, compatriota y reportero gráfico que reside en Italia, en comunicación telefónica con la agencia Andina.
Los peruanos están instalados en las amplias carpas azules montadas por la Protección Civil en la "tendopoli" de Piazza delle Armi (Plaza de Armas), mientras continúan las labores de rescate bajo los escombros de edificios colapsados y los temores que generan las nuevas réplicas.
Por el día, tal como ocurrió en el terremoto de Pisco en el 2007 en Perú, payasos voluntarios tratan de arrancar sonrisas a los damnificados, especialmente a los niños; quienes también reciben mensajes y dibujos de solidaridad de los menores italianos.
"Los peruanos una vez más están aquí unidos y lo bueno es que el Gobierno de Italia ha respondido a este problema proporcionando los suministros necesarios para vivir temporalmente, pero muchos se preguntan que pasará después", señala Jairo, quien vive en ese país desde hace varios meses.
Él sostiene que si bien lo peor ya pasó, la principal preocupación de los peruanos es su situación laboral porque temen la reducción de empleos ante el colapso de diversos edificios donde se empleaba a migrantes.
"La gran preocupación de todo migrante es el empleo, hay una incertidumbre muy grande sobre si se van a reducir los trabajos por las consecuencias del terremoto", asevera.
El suelo no deja de temblar y por la noche -cuenta Jairo- los peruanos tratan de olvidar en forma momentánea la preocupación, recordando viejas anécdotas vividas en sus ciudades natales y deseando que el día siguiente sea mejor para todos.
En tanto, hoy Viernes Santo se produjo el multitudinario funeral en que Italia despidió a las casi 290 víctimas mortales del sismo que el lunes afectó la región de los Abruzo. (Andina)
Los peruanos tratan de poner su mejor cara a la tragedia ocasionada por la naturaleza, a pesar de ésta cobró la vida de la compatriota, Roberta de la Cruz Vilca, de 57 años.
Ésta vez fuera de su país natal, más de 50 connacionales que viven en la montañosa ciudad de L"Aquila, intentan enfrentar en unidad, los efectos del devastador terremoto que los obligó a huir de sus hogares.
"Aquí en L"Aquila sólo hay dos peruanos que tenían casa propia y ahora están destruidas. Sus familiares no saben si el gobierno italiano les restituirá sus viviendas y por otro lado, los demás que viven en cuartos alquilados no saben como quedará su situación", manifestó Jairo Vega, compatriota y reportero gráfico que reside en Italia, en comunicación telefónica con la agencia Andina.
Los peruanos están instalados en las amplias carpas azules montadas por la Protección Civil en la "tendopoli" de Piazza delle Armi (Plaza de Armas), mientras continúan las labores de rescate bajo los escombros de edificios colapsados y los temores que generan las nuevas réplicas.
Por el día, tal como ocurrió en el terremoto de Pisco en el 2007 en Perú, payasos voluntarios tratan de arrancar sonrisas a los damnificados, especialmente a los niños; quienes también reciben mensajes y dibujos de solidaridad de los menores italianos.
"Los peruanos una vez más están aquí unidos y lo bueno es que el Gobierno de Italia ha respondido a este problema proporcionando los suministros necesarios para vivir temporalmente, pero muchos se preguntan que pasará después", señala Jairo, quien vive en ese país desde hace varios meses.
Él sostiene que si bien lo peor ya pasó, la principal preocupación de los peruanos es su situación laboral porque temen la reducción de empleos ante el colapso de diversos edificios donde se empleaba a migrantes.
"La gran preocupación de todo migrante es el empleo, hay una incertidumbre muy grande sobre si se van a reducir los trabajos por las consecuencias del terremoto", asevera.
El suelo no deja de temblar y por la noche -cuenta Jairo- los peruanos tratan de olvidar en forma momentánea la preocupación, recordando viejas anécdotas vividas en sus ciudades natales y deseando que el día siguiente sea mejor para todos.
En tanto, hoy Viernes Santo se produjo el multitudinario funeral en que Italia despidió a las casi 290 víctimas mortales del sismo que el lunes afectó la región de los Abruzo. (Andina)
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