La italiana Patrizia D"Addario, que pasó una noche con el primer ministro de Italia, dice que ella le dio su cuerpo y él faltó a su promesa de ayuda, según publica en su libro.
La prostituta italiana Patrizia D"Addario, que pasó una noche con el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, dice que ella le dio su cuerpo y él faltó a su promesa de ayuda, según relata en su libro de memorias "Gradisca Presidente" ("Disfrute Presidente") que se publica hoy.
A lo largo del libro se desvela la obsesión de Patrizia D"Addario de conseguir un terreno en Bari (sur de Italia), de donde ella es originaria, para construir una casa rural que ella regentaría.
Un proyecto que ya había intentado su padre, quien se suicidó, según la prostituta, por problemas con los bancos y la burocracia.
Patrizia D"Addario, de 42 años, entró el 16 de octubre de 2008 en el Palacio Grazioli, residencia romana de Berlusconi, tras las instrucciones que le dio Gianpaolo Tarantini, el "conseguidor" de chicas para el jefe de Gobierno, para que se presentara "como amiga" y no como prostituta.
Vestida de negro, ligera de maquillaje, y familiarizada con los gustos sexuales del primer ministro, gran aficionado "a los preliminares", D"Addario compartió cena con otras 20 chicas y el "sultán".
La noche pasó entre champán, tartaletas, regalos, vídeos institucionales de Berlusconi y mucha música. "Las mujeres estábamos a su disposición", afirma.
Del salón pasaron al dormitorio con una compañía más restringida, se sumaron dos lesbianas: "Silvio, le decían, esta semana vamos al salón de belleza?. Lo habías prometido".
"Él se dirigió a mí y a otra chica: "¿Venís vosotras también?, masajes, relax, nos divertiremos muchísimo", explica.
Esa noche Patrizia se fue de casa de Berlusconi con dos grabaciones.
La noche de la elección del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el 4 de noviembre, Patrizia regresó al palacio Grazioli con Tarantini y otras dos chicas.
En esa ocasión se quedó hasta el desayuno del día siguiente porque, llegado un momento, Berlusconi espetó: "Basta. Ahora mando a todos fuera porque quiero quedarme sólo contigo" y a Tarantini le comentó: "Me ocupo yo de su proyecto (la casa rural), su vida cambiará, ha sufrido demasiado".
Todo, según ella, grabado.
La noche de pasión la narra minuto a minuto.
En su libro, Patrizia D"Addario se muestra engañada: "El primer ministro me ha mentido, no me ha pagado, no era dinero lo que debía darme, me había prometido otra cosa, yo le di mi cuerpo y él nada a cambio".
Y esto sirve aunque él no supiera que yo era una prostituta, relata.
"Conoce una chica en dificultad, la dice que puede ayudarla mediante sexo a cambio, obtiene lo que quiere y luego la abandona. ¿Es mejor así? Decidid vosotros, yo ya tengo una idea", asegura.
La grabadora queda encendida en la habitación, la promesa de Berlusconi fue "te ayudaré, mandaré a dos personas a las obras, sabrán qué cosa hacer".
El libro "Gradisca Presidente" ha sido escrito por D"Addario en colaboración con Maddalena Tulanti y publicado por la editorial Aliberti que ha lanzado una tirada de 15.000 libros. EFE
A lo largo del libro se desvela la obsesión de Patrizia D"Addario de conseguir un terreno en Bari (sur de Italia), de donde ella es originaria, para construir una casa rural que ella regentaría.
Un proyecto que ya había intentado su padre, quien se suicidó, según la prostituta, por problemas con los bancos y la burocracia.
Patrizia D"Addario, de 42 años, entró el 16 de octubre de 2008 en el Palacio Grazioli, residencia romana de Berlusconi, tras las instrucciones que le dio Gianpaolo Tarantini, el "conseguidor" de chicas para el jefe de Gobierno, para que se presentara "como amiga" y no como prostituta.
Vestida de negro, ligera de maquillaje, y familiarizada con los gustos sexuales del primer ministro, gran aficionado "a los preliminares", D"Addario compartió cena con otras 20 chicas y el "sultán".
La noche pasó entre champán, tartaletas, regalos, vídeos institucionales de Berlusconi y mucha música. "Las mujeres estábamos a su disposición", afirma.
Del salón pasaron al dormitorio con una compañía más restringida, se sumaron dos lesbianas: "Silvio, le decían, esta semana vamos al salón de belleza?. Lo habías prometido".
"Él se dirigió a mí y a otra chica: "¿Venís vosotras también?, masajes, relax, nos divertiremos muchísimo", explica.
Esa noche Patrizia se fue de casa de Berlusconi con dos grabaciones.
La noche de la elección del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el 4 de noviembre, Patrizia regresó al palacio Grazioli con Tarantini y otras dos chicas.
En esa ocasión se quedó hasta el desayuno del día siguiente porque, llegado un momento, Berlusconi espetó: "Basta. Ahora mando a todos fuera porque quiero quedarme sólo contigo" y a Tarantini le comentó: "Me ocupo yo de su proyecto (la casa rural), su vida cambiará, ha sufrido demasiado".
Todo, según ella, grabado.
La noche de pasión la narra minuto a minuto.
En su libro, Patrizia D"Addario se muestra engañada: "El primer ministro me ha mentido, no me ha pagado, no era dinero lo que debía darme, me había prometido otra cosa, yo le di mi cuerpo y él nada a cambio".
Y esto sirve aunque él no supiera que yo era una prostituta, relata.
"Conoce una chica en dificultad, la dice que puede ayudarla mediante sexo a cambio, obtiene lo que quiere y luego la abandona. ¿Es mejor así? Decidid vosotros, yo ya tengo una idea", asegura.
La grabadora queda encendida en la habitación, la promesa de Berlusconi fue "te ayudaré, mandaré a dos personas a las obras, sabrán qué cosa hacer".
El libro "Gradisca Presidente" ha sido escrito por D"Addario en colaboración con Maddalena Tulanti y publicado por la editorial Aliberti que ha lanzado una tirada de 15.000 libros. EFE
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