La pareja real ha concitado el interés de los pobladores de este pequeño reino del Asia por su ejemplar historia de amor y se alistan para el feliz enlace de este jueves 13.
La boda del quinto "rey dragón" de Bután, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, de 31 años, con una agraciada plebeya de 21 años, Jetsun Pema, -a realizarse este jueves 13- ha concitado el interés de la población y eso ha provocado el aumento de la Felicidad Nacional Bruta (FNB), un indicador que usa este país monárquico para medir su desarrollo económico.
Bután fue noticia hace unos años cuando Jigme Singye Wangchuck, padre del actual soberano, anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) sería reemplazado por la FNB.
Según Tshering Tobgay, jefe de la oposición parlamentaria, este matrimonio simboliza para los 700.000 butaneses la continuidad de la familia real. "Tenemos un auténtico amor por la monarquía", manifestó.
"Nuestra devoción por el rey es muy fuerte porque él es un servidor del país y de su pueblo. El conoce a casi todos los habitantes del reino, nos escucha y se comporta como nosotros, tomando a su novia de la mano. El pueblo se lo agradece mucho", agregó.
El rey conoció a su futura esposa durante un picnic. Fue "amor a primera vista", según la prensa local, aunque la futura reina tenía entonces solo 7 años de edad.
La belleza de la novia ha despertado el fervor de la gente y la capital está engalanada con retratos de la pareja y carteles con elogios al monarca.
El llamado "príncipe azul del Himalaya" y bien parecido a Elvis Presley, asistía una vez por semana a la misma escuela a la que años después iría su novia, Jetsun Pema, para mezclarse con sus súbditos.
El resto de la semana, el entonces heredero al trono estudiaba con profesores particulares en el palacio. Luego completó su formación en el exterior: en la India y en Oxford, Inglaterra. Pero a su regreso al país, fue en busca de la mujer que lo había hechizado y decidió darle a su pueblo un ejemplo de cómo se alcanza la felicidad bruta, según informó Infobae.
La futura reina se dedicará a actividades caritativas, seguramente con el fin de ayudar a su esposo a incrementar la FNB.
Además de la monarquía y el amor, en este país ubicado en la cordillera Himalaya, entre India y China, el desarrollo se mide de acuerdo a factores como el bienestar psicológico, la salud, la educación, el buen gobierno, la vitalidad de la comunidad y la diversidad ecológica.
Según un estudio de la Universidad de Leicester (Gran Bretaña), en 2008, pese a su precariedad económica, los butaneses eran el octavo pueblo más feliz del mundo.
Bután es también el primer país que prohibió totalmente la venta de tabaco y donde no se puede fumar en ningún sitio público.
La monarquía butanesa se ha caracterizado por tratar de mantener a sus súbditos aislados del mundo. Solo se autorizó el ingreso de visitantes extranjeros en la década del 70. Actualmente, el turismo sigue siendo muy restringido, mediante la imposición de cupos y tarifas costosas por estadía. La televisión ingresó recién en los albores de este siglo.
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