Según datos presentados este miércoles en una rueda de prensa virtual, también el porcentaje de muertes es hasta la fecha más bajo que en las olas precedentes.
La actual ola de contagios de COVID-19 en Sudáfrica, que está dominada por la variante ómicron y ya está dando sus primeras señales de descenso, está dejando una tasa de hospitalización de solo el 5,7 %, frente al 15,6 % de la tercera ola (delta), el 16,2 % de la segunda (beta) y el 13,1 % de la primera.
Según datos presentados este miércoles en una rueda de prensa virtual por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NICD, por sus siglas en inglés) de Sudáfrica, también el porcentaje de muertes es hasta la fecha mucho más bajo que en las olas precedentes.
Transcurrido ya alrededor de un mes desde la identificación de ómicron y con los contagios empezando a ralentizarse, los hospitales sudafricanos confirmaron la muerte de un 5,6 % de los pacientes admitidos por COVID-19 en esta presente ola, mientras que en las olas previas ese porcentaje rondaba el 20 %.
Estos indicadores señalan una menor gravedad de la enfermedad en esta ola, pero la doctora Waasila Jassat, especialista en hospitalizaciones del NICD, matizó que la levedad puede deberse tanto a una menor gravedad intrínseca de la variante como a una mayor inmunidad poblacional previa.
Esta puede deberse tanto a las vacunas como a la protección adquirida por infecciones precedentes (que en Sudáfrica podría estar presente en un 60-70 % de la población, según estimaciones del NICD, con una altísima proporción de casos sin identificar).
En ese sentido, Jassat recalcó que hacen falta "más estudios" para poder obtener conclusiones firmes respecto a la gravedad de ómicron.
"Lo que sí podemos decir es que esta es la epidemiología en Sudáfrica. Ómicron se está comportando de una manera que es probablemente menos grave (...) No está claro si este cuadro será el mismo en otros países donde hay altos niveles de vacunación pero menos nivel de infección previa", apuntó, por su parte, la especialista sudafricana Cheryl Cohen.
NO VACUNADOS
De entre los decesos en los centros médicos, NICD estima que en torno al 87 % eran personas sin vacunar o con la pauta incompleta.
La trayectoria de esta cuarta ola en Sudáfrica empieza a ver ya señales de descenso que, si bien son aún tímidas a nivel nacional, están encabezadas con claridad por la provincia de Gauteng (donde están Johannesburgo y Pretoria), considerada el gran epicentro de ómicron por haber sido allí donde los especialistas sudafricanos detectaron por primera vez la variante hace aproximadamente un mes.
En otras provincias sudafricanas, la media de nuevos casos sigue en aumento, pero en muchos casos lo hace ya también de forma ralentizada en comparación con los aumentos exponenciales que se veían al comienzo de la ola.
Los datos son "esperanzadores" e invitan al optimismo, según Groome, pero una parte del descenso podría deberse a que el comienzo de las vacaciones del verano austral disminuyó el porcentaje de gente acudiendo a hacerse pruebas.
Sudáfrica, con 3,3 millones de casos acumulados hasta la fecha y unas 90.500 muertes, se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en África.
El avance de la vacunación es lento y solo un 26 % de la población total tiene la pauta completa.
(Información de Efe)
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