El pasado año, Pekín registró más de 30.000 peticiones para tener otro vástago, de las cuales 28.778 fueron aprobadas por el Gobierno.
Un millón de parejas solicitaron tener un segundo hijo en China en 2014 después de que se flexibilizara en la mayoría de las provincias del país la política de planificación familiar, según informó la agencia estatal Xinhua.
Esta cifra es la prevista por el Gobierno, según la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar, organismo que predijo "menos de dos millones de peticiones".
El pasado año, Pekín registró más de 30.000 peticiones para tener otro vástago, de las cuales 28.778 fueron aprobadas por el Gobierno.
De esta forma, la capital china se convirtió en la quinta provincia en implementar la relajación de la política del hijo único.
En la actualidad, la metrópoli registra entre 2.000 y 3.000 peticiones al mes para dar a luz a otro vástago.
Los funcionarios municipales estiman que la nueva norma se traducirá en 270.700 nuevos nacimientos en Pekín durante los próximos cinco años (54.200 por año).
El 97% del total de mujeres que solicitan ser madres por segunda vez en la capital tienen una edad comprendida entre los 26 y 40 años, mientras que sólo un 2,5% supera los 41 años.
El Partido Comunista chino (PCCh) modificó el año pasado esta medida y permitió un segundo descendiente a las familias en las que uno de los cónyuges carezca de hermanos.
La flexibilización de esta política se debe principalmente al rápido envejecimiento poblacional y la escasez de mano de obra, factores que han ralentizado el crecimiento la segunda potencia económica.
La Comisión no puede predecir el efecto de la política de planificación familiar este año, ya que existe una creencia popular que considera que 2015 (el año de la cabra según el horóscopo chino) no es un buen año para quedarse embarazada.
Las parejas que no respetan las leyes de planificación familiar deben pagar una elevada multa y en muchas ocasiones incluso pierden sus puestos de trabajo.
En los peores casos, las madres se ven obligadas a abortar o a ser esterilizadas.
EFE
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